—¡No estoy!— gritó lanzando su almohada contra la puerta de su habitación.
Escondió su cabeza en su almohada y pataleó, jamás había sentido un dolor de cabeza tan horrible y una sensación de que su boca estuviera más seca que el Sahara.
La puerta seguía siendo tocada y cada golpe retumbaba cada vez más en su interior, miró el reloj a su lado eran las doce de la tarde.
—¿Por qué no me morí cuando caí en la piscina?— se levantó aún sin poder abrir los ojos del todo, estaba despeinado, el poco maquillaje que se colocó estaba corrido, seguía teniendo la ropa de la noche anterior.
Ni siquiera recordaba que fue exactamente lo que ocurrió, y como llegó a su casa, su mente estaba en blanco mientras bajaba las escaleras, cada pisada era como unmartillo golpeado su cabeza.
Abrió la puerta recibiendo toda la luminisencia del sol en la cara, no podía mantener los ojos abiertos ni un segundo.
—Pasa, seas quien seas.— su tono era de molestia y abrió la puerta aún más para que la persona fuera pudiera acceder al interior.
Cerró la puerta tras él y abrió lentamente sus ojos.
—¡Santo Priki!— su cuerpo golpeó contra la puerta del susto.
—Buenas tardes.— la dulce voz de Seungwoo de acompañada con una pequeña risa al final, este le sonreía mientras sostenía una bolsa en su mano.
Nunca había sentido tanto pánico de manera repentina, lo miró unos segundos sin poder abrir la boca para hablar —¿vivo, donde cómo tu saber?— ni siquiera podía formular una oración correctamente, su rostro comenzó a calentarse más que sol de verano mientras lo miraba.
Han no podía creer que aquel chico se viera tan adorable de aquella manera —No recuerdas nada de anoche ¿verdad?— dejó la bolsa en la mesa de la cocina y lo miró —Hyeongjun vendrá en un rato, le dije que pasaría primero.— no lo iba a negar, disfrutaba ver al menor confundido ante cada palabra que decía.
—¿Hyeongjun?, ¡De qué tanto me perdí anoche!— puchereó dando saltitos en su lugar, la voz de Seungwoo hacia que su dolor cabeza empeorara—¿De qué te ríes?— le dirigió una mirada filosa.
—Tienes baba seca en tu mejilla.— siguió riendo al ver la cara de molestia del menor.
Se limpió el rostro un poco molesto —Dame una buena razón para que no te saque a patadas de mi casa.— se cruza de brazos, realmente le estaba molestando la presencia del contrario.
—Traje caldo de camarón, yogurt y bebidas con electrolítos, creo que era obvio que tendrías una resaca así después de lo que tomaste.— el mayor seguía conservando aquella linda sonrisa mientras hablaba con él más bajo.
Dongpyo no iba a ser grosero, después de todo el mayor le había traído aquellas cosas por voluntad propia, y seguía conservandose alegre, aunque para ser honesto, se sentía incomodo con aquel chico en su casa.
—Gracias mmm...— dijo mirando hacia otro lado y se acercó a él lentamente —Siéntate.— extendió una silla de la barra de la cocina para el más alto y se sentó en otra.
El mayor se sentó a un lado observándolo, no podía dejar de sentir el golpeteo de su corazón contra su pecho, estaba cerca de aquel chico, que incluso con el cabello alborotado y el maquillaje corrido se veía precioso.
—¿Estoy despeinado?— habló rápidamente ante la mirada sobre él, pasó sus manos por su cabello tratando de peinarlo.
—No im...— ni pudo hablar cuando el menor se levanto rápidamente.
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❛ Mi Vecino de Número ❜「 Seungpyo 」
Fanfiction❛ Hola ❜ ❛ ¿Quién eres? ❜ ❛ Tu vecino de número ❜ Dongpyo creía que contestaría los mensajes de su Vecino de Número solo por diversión, nunca imaginaría que el chico tras la pantalla lo haría caer rendido ante a él con solo unos mensajes, sin espera...