「 14 」

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Hyeonjun estaba más que preocupado al ver que su mejor amigo no cruzaba la puerta, le dirigió una mirada a Dohyon el cual estaba en la misma situación, no tenía idea de él.

Temía por lo que ocurrió la noche anterior y que esto lo estuviera afectando, necesitaba hablar con él, no quería dejarlo solo ante aquella situación.

El profesor entró por la puerta con un monto de exámenes en sus brazos, se había preparado tanto para esa peuwba de química, pero lo único que corría por su mente en ese instante era el bienestar de su amigo.

El profesor entró por la puerta con un monto de exámenes en sus brazos, se había preparado tanto para esa peuwba de química, pero lo único que corría por su mente en ese instante era el bienestar de su amigo

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La alarma sonó como de costumbre, sin embargo muy apenas pudo abrir sus ojos, estos pesaban y dolían con el más mínimo contacto con la luz.

Se sintió realmente conmovido por la llamada de su vecino de número, pero por más que lo intentó, volvió a sentirse mal de nuevo, las lágrimas no dejaron de salir hasta que cayó en un produndo sueño, el cual fue el único que calmó sus penas.

Miró hacia el techo unos segundos y trató de converserse de que esto pasaría rápido, aunque el vacío en su pecho no ayudaba en nada, no quería levantarse, su cabeza parecía querer estallar en cuanquier instante.

Miró hacia a un lado suyo, y sí, Dongpyo era un tonto por conservar a Yoyo a su lado, aunque en realidad aquel peluche debió ser desde un príncipio de Hyeongjun.

Empujó al peluche lejos de la cama con un poco de enojo mientras sin querer, más gotas salían de sus ojos, su vida parecía ir en descenso, nada resultaba como quería.

Si era cierto que hay una persona en el mundo destinada para ti, ¿por qué tardaba tanto?, necesitaba a alguien, se sentía solo ahora.

Escondió su cabeza en la almohada y abrazó otro peluche que estaba a su lado, olvidando que existía algo llamado escuela y peor aún que había examen de química.

Sin darse cuenta el cansancio lo invadió nuevamente mientras sus ojos derramaban cristales que el sueño ganó dejandolo en brazos de Morfeo.

Abrió sus ojos con lentitud y tomó el celular viendo la hora en este, eran las dos del día, y lo delataba la luz que se colaba por su ventana.

Sin estar lo suficientemente consciente de lo que hacía se levantó de la cama arrastrando sus pies por el frío suelo, se sentía como un zombie, era como si su cerebro estuviera desconectado pero su cuerpo seguía caminado hasta la planta baja, traía la misma ropa que usó el día anterior, ni siquiera se tomó el tiempo para cambiarse, solo se tiró en la cama y lo demás fueron solo lágrimas.

Miró la nevera buscando algo qué comer, sin embargo lo que observaba le causaba náuseas, había perdido el apetito que no podía ver por un rato más la comida, así que cerró la puerta de esta.

❛ Mi Vecino de Número ❜「 Seungpyo 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora