❛ Mi Vecino de Número ❜「 Seungpyo 」

「 50 」

Una vez sus lágrimas cesaron las manos de Seungwoo acariciaron su rostro tratando de reconfortarlo.

—¿Ya estás mejor?— acarició las finas hebras de su cabello con sus dedos.

Dongpyo asintió y tomó la mano del mayor —Vamos a mi habitación.— lo llevó de la mano planta arriba hasta estar en aquel lugar, abrió la puerta y encendió la luz dejándolo pasar.

Han tomó asiento en la cama mientras Dongpyo dejaba su mochila sobre esta, su mirada se posó en la pared llena de polaroids encontrándose a él mismo entre aquellas, una pizca de alegría lo hizo sonreír, se sentía especial.

—Ahora que lo pienso,..— volteó a ver al menor —Estoy en ropa formal, y no tengo un camb...— las palabras se quedaron en su boca cuando, Dongpyo sacó de su mochila su ropa para dormir, y para su sorpresa, Dongpyo tampoco sabía que hacía aquella ahí, se quedaron mirando unos segundos extrañados, cuando algo hizo clic en sus cabezas.

—Eunsang.— dijeron al mismo tiempo.

Por un lado las mejillas de Dongpyo fueron salpicadas por un tinte carmesí, le había dicho a Eunsang que quería que su hermano se quedara a dormir en su casa algún día, pero no que hoy, y menos le pidió que le diera ropa de este para que se quedara, estaba muerto de vergüenza.

Seungwoo llegó a la conclusión de que mientras su hermano trajo la mochila de Dongpyo, pudo aprovechar en pasar a su habitación y robar esas prendas de su armario, le agradecía, un poco.

—No importan las intenciones de Eunsang detrás de esto, mínimo fue de ayuda.— su voz fue suave para que Son pudiera tranquilizarse al verlo tan nervioso.

Dongpyo lo miró de reojo y asintió, se sentó en la cama de igual manera —Si quieres puedes cambiarte aquí, o en el baño, no sé.— su tono sonaba un poco tímido y decaído, a comparación de su actitud normalmente, era evidente que su estado de ánimo estaba por los suelos.

—Iré al baño para que puedas cambiarte.— sonrió antes de levantarse y dirigirse a este cerrando la puerta tras él.

El menor soltó el aire retenido en sus pulmones, se sentía avergonzado y caprichoso al querer que Seungwoo se quedara porque no quería estar solo, el calor en su rostro no disminuiría si seguía pensando en aquello, se levantó y buscó en su armario su pijama y procedió a ponérsela mientras el mayor regresaba.

Han al terminar de colocarse su ropa para dormir, salió del baño encontrando la escena más adorable que había visto en años, Dongpyo traía puesta una pijama de dos piezas cubierta con estampados de ositos por todo su alrededor, estaba sentado en la cama, abrazando a Dongwoo mientras observaba algo en el televisor.

—Bebé...— murmuró mientras caminaba hasta él y se lanzaba a abrazarlo, ambos rodaron por la cama y en un parpadeo Dongpyo estaba bajo el mayor.

Los dos se quedaron compartiendo miradas sin mover ni un solo dedo, Seungwoo elevó sus labios en una sonrisa, el corazón de Dongpyo golpeaba fuerte contra su pecho mientras lo observaba desde esa posición, era cómo apreciar a un ángel recién caído del paraíso, tan etéreo, tan idílico para el fuerte sentimiento que lo estaba embargando en ese instante, se dio la oportunidad de analizar exactamente que era aquel sentir dentro de sí, quizá las cosquillas en su estómago eran mariposas y no la cena de hace un par de horas.

Casi sufre un ataque cardíaco al ver que Han se acercaba hacia su integridad sin poder descifrar exactamente para qué, cerró sus ojos con temor pero un roce tan suave y delicado de sus labios en su frente fue lo que recibió, un beso fugaz que lo hizo sentir la calidez de Han, abrió los ojos aún temeroso, sus labios inevitablemente reaccionaron al sentimiento de la euforia interiorizada mostrando una sonrisa sincera, pero incluso aún que el tacto fue capaz de hacerlo sentir satisfecho, ¿estaba bien querer un poco más?