Hyeongjun estaba recostado en su cama sin ganas de hacer nada, se encontraba decaído, con la constante preocupación del estado de su amigo, y si sería capaz de perdonarlo pronto.
Sus papás habían salido por lo que estaba solo en casa, su estado de silencio y soledad se vió interrumpido ante el repentino sonido de un teléfono, reconocía aquella melodia, era el teléfono de su madre, bajó a toda prisa viéndolo tendido en la mesa del comedor, parecía que lo había olvidado.
Tomó el móvil mirando quien llamaba, era la mamá de Dongpyo por lo que no dudó en contestar.
—¡Hola, Señora Son!— habló alegremente aunque su estado de ánimo no decía lo mismo.
—Oh Hyeongjun, cariño, ¿dónde está tu madre?— contestó un poco extrañada porque él menor atendiera la llamada.
—Mamá salió con mi papá, ¿quiere que le diga que le llame cuando llegue?— se sentó en el sofá.
—No no, solo marcaba para preguntar si Dongpyo está en su casa, marqué al teléfono de casa pero nadie contesta.— su tono era de evidente preocupación.
Hyeongjun se extrañó ya que era muy tarde para estar afuera, no quería preocupar a la señora Son —Sí, está en casa.— mintió.
—Ya veo, no me dijo que se quedaría en tu casa hoy, ¿puedes comunicarme con él?— preguntó curiosa por su hijo.
El nerviosismo lo recorrió, su mente no pensó en esa respuesta —Ya está dormido, ¿debería despertarlo?— rogaba en su cabeza que dijera que no.
—No, no te preocupes, le hablaré mañana, buenas noches y saludame a tu madre.— se despidió más tranquila al saber que su hijo estaba en casa de su amigo, aunque esa no era la verdad.
—Buenas noches, señora Son.— se despidió y colgó soltando el aire retenido en sus pulmones, borró rápidamente la llamada del historial para que su madre no preguntara y se levantó.
Ahora el verdadero problema era ¿Dónde está Dongpyo?, corrió hacia su habitación para tomar su teléfono, marcó a Dohyon, no estaba ahí, marcó a Yohan aunque no creía que fuera a estar ahí, y efectivamente tampoco estaba.
Ya más preocupado tomó sus llaves y salió directo al hogar de su mejor amigo, estaba a pocas cuadras por lo que la distancia no era mucha, apenas estaba en la puerta tocó repetidas veces mas, parecía estar sola, todas las luces estaban apagadas.
—Dongpyo, si estás aquí por lo menos dime para irme.— elevó la voz tratando de obtener una respuesta.
Estaba en una situación de desesperación máxima, tenía la llave de su casa y viceversa, sabía que su amigo estaba molesto, pero también que supuestamente no estaba, prefería que lo sacara a patadas a estar haciendo alboroto porque no sabía su ubicación.
Introdujo la llave e ingresó rápidamente, corrió hacia su habitación y tocó la puerta, esperaba alguna respuesta más aquella no llegó, abrió lentamente, no había nadie, okay, el pánico lo invadía.
No quería pensar de manera negativa, quizá se estaba preocupado de más, pero incluso si estaba bien no pasaba nada si solo fue falsa alarma, preocupante sería dejarlo pasar y que Dongpyo estuviera en peligro.
—Maldita sea Dongpyo.— maldijo bajo, que no tuviera un celular lo empeoraba.
Bajó por las escaleras y se sentó en la sala, esperaría a que llegara, miró su teléfono, una nueva persona llegó a su cabeza, dudó en marcar a ese numero pero había una posibilidad de que tuviera información.
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❛ Mi Vecino de Número ❜「 Seungpyo 」
Fanfiction❛ Hola ❜ ❛ ¿Quién eres? ❜ ❛ Tu vecino de número ❜ Dongpyo creía que contestaría los mensajes de su Vecino de Número solo por diversión, nunca imaginaría que el chico tras la pantalla lo haría caer rendido ante a él con solo unos mensajes, sin espera...