Tenga cuidado

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21:00 p.m, restaurante Per Se, este lugar desprendía luces nítidas. Podía ver con claridad la clase de gente que estaba cenando, todos ricos hartos de dinero. Yo estaba observando fuera, apoyada en una de las ventanas agarrando mi pequeño bolso con ambas manos temblando de frío mientras mantenía la mirada en la avenida en busca de Styles. No era una sospecha que era él quien mandó esa caja, la nota y su "H" final lo dejaban todo bastante claro, no se quería ocultar.

Algo que aprendí es que no era una persona puntual, no sabía cuales eran los motivos por los que quería cenar conmigo y tampoco si teníamos algo de lo que hablar. Después de nuestro último encuentro pensaba que ahí quedaría la cosa, pero era un hombre tan terco que daba dolores de cabeza.

- Lo siento -Su ronca voz retumbó en mi oído izquierdo, provocando que toda mi piel se erizara-. Tuve un asunto -Se aclaró la garganta-. ¿Llevas mucho esperando?

- No -Hablé cortante ¿Qué quería de mí?-. ¿Por qué hemos venido aquí?

Alzó la mirada hasta el cartel de Per Se y sonrió por primera vez, con felicidad en la cara, podía vislumbrar que no solía mostrarse así a menudo, tan relajado.

- Es mi restaurante favorito.

- No me refiero a eso -Levanté una ceja-. ¿Qué hago yo aquí?

- Entremos.

Sin dejarme rechistar se encaminó a la puerta, saludó al guardia amistoso y una atenta camarera le hizo un gesto a Harry desde la otra punta para que se acercara. Ambos nos aproximamos y esta abrió unas cortinas dejando paso a un pequeño espacio oscuro, iluminado por dos pequeñas luces, una blanca y otra violeta. Tomamos asiento y volvieron a cerrar las cortinas.

- Styles, así no voy a ver lo que estoy comiendo.

- Esa es la gracia -Dijo entre risas-. Te gustará, dale una oportunidad.

Resoplé y pronto llegaron los platos, no habíamos pedido nada pero se encargaron los propios camareros de traer vino y una selección de platos que posiblemente Harry pidió al hacer la reserva.

- Y bueno, ¿Vas a decirme o me tendrás toda la noche intrigada? -Dije probando el primer entrante.

- Dijiste que no nos conocíamos -Hizo lo mismo y yo asentí aún confusa-. Quiero que nos conozcamos -Iba a hablar pero me interrumpió-. Sé que no hemos empezado con buen pie, eso también quiero arreglarlo, pero para eso necesito que olvides la imagen que has asociado de mí.

- ¿Te refieres a un chico psicópata con armas ilegales y que posiblemente esté metido en alguna mafia o tráfico de personas?

Este rió descontrolado disfrutando del momento, a lo que yo no comprendí pero aún así siguió divertido hasta que pudo conseguir respirar con normalidad.

- ¿Esa es la imagen que tienes de mí?

- ¿Tú no? -Alcé una ceja y probé un poco de sushi.

- Está bien, quizá hemos empezado pisando muy fuerte -Rió de nuevo.

- Puede ser -Quité importancia al asunto-. Pero eres amigo del hijo de mi jefe, y al parecer eso le basta para tomarte como de la familia, así que tampoco puedo odiarte o tratarte mal, porque me desterraría de por vida.

- Tú también eres de la familia para él -Me miró serio-. J.Jason es un gran hombre, no lo conoces tanto como quisieras pero él te tiene en cuenta y eso es algo imposible para algunos de nosotros.

- Son solo negocios -Negué con la cabeza-. Es un buen hombre y su hijo también lo parece.

- Lo son -Sonrió y entrelazó sus manos en la mesa-. Bueno, ¿Qué tienes que decirme de ti?

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