Cambios

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Vuelve a meter la pistola en mi boca pero tiembla, tiene la cara roja y suda, le va a terminar estallando la vena en su frente. En un momento la lanza lejos y se deja caer abatido encima de mí mientras yo sigo sollozando y agradeciendo sea lo que sea que se le ha pasado por la cabeza para entrar en razón. Estoy llorando sin control, es la tercera vez que me deja vivir y no sé cuántas más se repetirá, acaricia mi pelo intentando que me calme pero es en vano, no mando yo los estímulos.

Mi respiración es agitada provocando mover su cuerpo sobre mí de arriba abajo, se aparta y me ayuda a levantarme indicándome que tome asiento en el sofá. Parece una persona normal otra vez, incluso parece no recordar lo que acaba de pasar. Desaparece en la cocina y regresa con un café caliente, lo coloca en la pequeña mesa y se sienta a mi lado sin apartar la mirada.

- No quiero que te vuelvas a acercar a mí -Mascullo sin dedicarle una mirada recíproca.

- Fallon...

- No eres bueno para mí -Interrumpo y giro en su dirección-. Y para serte sincera, no creo que lo seas para nadie.

Le ha dolido, cierra la boca inmutado y asiente apenas unos centímetros notables, peina su cabello hacia atrás nervioso y se levanta sin decir nada dirigiéndose a la puerta y cerrándola tras él de un portazo. Me sobresalto en el sofá y por fin siento el aire llegar a mis pulmones, en paz.

...

Último día de clases, el día de los exámenes finales. Estoy en el cambio de profesor de última hora, leo una y mil veces el resumen que tengo de Biología Molecular, memorizo las fórmulas y todo lo que llevo tragando durante un mes. Gref camina por el pasillo de un lado a otro gesticulando con las manos como si escribiera en la pizarra, ambos estamos nerviosos y emocionados de terminar.

El maestro hace acto de presencia y espera que cojamos asiento, posiciona todos los libros encima de la enorme mesa oscura y se sienta sobre esta algo informal para dirigirse a nosotros.

- No quiero meterles más presión, sé cómo se sienten -Comienza a hablar en un intento tranquilizador-. Pero recuerden que quienes consigan una media total de nueve o diez opta al título médico sin necesidad de estudiar un año más y tiene una beca de trabajo con contrato indefinido en New York, mucha suerte, les deseo lo mejor.

Y sí, es por eso que desde que Harry salió de mi vida como un fantasma me he dedicado al cien por cien a los estudios, no he salido con mis amigos incluso provocando una discusión con Tai quien ya no es de mi círculo de amistad. Después de la muerte de Niall me replanteaba porqué sigo aquí si nada me amarra, nada me detiene, así que cuando el tutor nos dio un papel impreso con los detalles de una beca de contratación en Estados Unidos no me lo pensé dos veces, quería irme, de nuevo.

Pasa los papeles en mi pequeña mesa y sonrío agradecida, miro detenidamente las preguntas una por una, contesto las que más claras tengo y el resto las voy dejando en vacío hasta que quede poco tiempo. Me doy el lujo de despejar mi mente unos segundos mirando alrededor y cogiendo bocanadas de aire, entonces reparo en la ventana que muestra una lluvia fría y densa, en seguida regreso a lo importante.

Suena el timbre, pero tenemos veinte minutos más y Gref pasa por mi lado para despedirse con una cara algo apenada, no le ha salido como creía. Me apuro en escribir más rápido, en pensar a mayor velocidad, recordar cada detalle del libro y los apuntes, todo lo que me valga. El maestro posa su mano sobre el papel evitando que continúe escribiendo y lo arranca de mis manos sin más, bufo pero he terminado y estoy satisfecha. Recojo mis pertenencias y tengo una sensación de libertad por primera vez en mucho tiempo al salir definitivamente de la Universidad.

Me detengo al ver un Renault Sport RS01 amarrillo en la entrada, demasiado llamativo para haber pasado desapercibido otros días. En cuanto comienzo mi recorrido él emprende la marcha y va a paso tras de mí, no le quiero dar importancia, no puedo asustarme cada vez que algo me recuerde a él. Llego a mi casa, estoy segura que esa beca será mía, he dejado todo mi ser en ello y para demostrarme a mí misma que tengo suficiente confianza hago las maletas, empaco la casa y llamo a la inmobiliaria para que se haga cargo de la vivienda, si finalmente las cosas salen mal siempre hay solución.

El coche está aparcado en mi porche, no puedo ver en su interior ya que los cristales son oscuros pero si se divisa una sombra dentro moviéndose. Reviso mi correo en el portátil cada cinco minutos, esperando que cuelguen las notas finales mientras tengo a Gref en altavoz haciendo lo mismo.

- ¿Alan no puede darse más prisa? -Dice irritado sobre el profesor-. De verdad, qué le costará publicar las malditas notas, me va a dar un infarto.

- Estoy igual -Digo presionando mi pecho-. Necesito esas malditas notas ya.

- No me lo creo... -Está atónito, lo noto, pero guarda silencio un buen rato-. ¡Un ocho de media! -Grita eufórico dando saltos que retumban en el teléfono-. ¡El próximo curso seré médico! ¿Qué tal tus notas?

- No las han publicado aún.

Le felicito y ambos estamos contentos por su logro, en mi bandeja de entrada sale un mensaje esporádico de la Universidad con el asunto "Calificaciones". Las pulsaciones me van a mil y le comento a Gref lo ocurrido para que escuche con atención lo que leeré en alto.

- Estimada alumna Fallon Persh, lamento comunicarle... -Trago saliva mientras bajo el tono, me tiemblan las manos y escucho algo en la otra línea pero sigo-. Lamento comunicarle que su curso termina aquí -Abro los ojos como platos, apunto de salirse de la emoción-. En Morgan Stanley Children's Hospital estarán encantados de recibirle para el comienzo de su contrato al finalizar el verano, adjunto sus calificaciones y diploma, enhorabuena.

El grito eufórico de Gref no tarda en llegar, yo imito su acción dando saltos en el sofá y dejando escapar alguna lágrima de la tensión. Ya en calma, recostada y aliviada al fin, comienzo a sacar billetes sin colgar a mi amigo.

- No me lo creo Fallon.

- Ni yo, joder, ni yo.

- Te vas a New York -Dice atónito.

- Me voy a New York.

FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora