Harry tiene un plan, no es uno bueno pero es un plan; Un tal Rubby se encarga de llevarme a los aposentos del moreno mientras él especificó que irá a destripar a Lewis. Como ya dije, no es un buen plan.
Mi escolta no me da conversación, tampoco creo poder articular mucho en el estado en que me encuentro así que solo divago en pensamientos molestos. Me ruborizo al pasarse por mi mente lo débil que soy, cómo en otro momento le hubiera atravesado la yugular pero he sido sumisa, acatando las reglas del mundo para vivir en armonía. No hubiera podido hacer mucho si estuviera igual de magullada, pero seguro me defendería o eso cree la Fallon del pasado. La del presente está furiosa, no quiere ir a la casa de Styles que al parecer está bien oculta del centro y de los mundanos.
Trazamos varias calles vacías, espeluznantes a las que ni siquiera alumbran las farolas de la noche. Aparcamos en un amplio jardín, típico del avaricioso Styles. Está protegido por grandes muros, recuerda bastante a su casa en la Avenida Golden pero sin tantos seguritas ni trabajadores y mucho menos mujeres caminando por la vivienda sin venir a cuento. Rubby me carga entre sus brazos, no me opongo, lo hace con tanta facilidad como si agarrara una hoja caída de un árbol. Me recuesta en el sofá del salón abierto a la nada, solo veo oscuridad a través del ventanal y me asegura que estará cerca por si necesito algo.
Cuando llevo veinte minutos en silencio tan solo escuchando mi respiración decido que es hora de cotillear, empiezo por una pequeña puerta bajo la escalera un tanto oculta, doy pasos hacia atrás al ver que es un almacenamiento de armas.
<< Limpiando tu imagen >> Pienso dándome cuenta de que en realidad esa dulce sonrisa esconde bastantes pecados.
Me limito a seguir hacia arriba, tiene varias habitaciones cerradas con llave y me extraña que pueda esconder algo si vive él solo. La única accesible es su cuarto, la cama está deshecha, varias prendas de ropa se esparcen por el suelo y el agua del grifo retumba como un eco lejano. Entro al baño privado para darme cuenta de mi horrible aspecto, me despojo de todo quedando desnuda y examinando hasta la última herida reciente, luego me adentro en la enorme bañera con vistas a las luces dispersas de la ciudad, tan diminutas como hormigas y dejo fluir la sangre seca, el sudor y las lágrimas.
Oigo murmullos en la planta baja, decido que ha sido suficiente y me visto con una camisa de Harry que me queda por los muslos, ancha y casi como un vestido. No tengo ropa interior, me parece inapropiado usar la suya como pantalón así que me conformo con que la única prenda que llevo me tape tanto. Entra de golpe, buscándome con la mirada nervioso, al verme inspecciona mi atuendo y deja salir una sonrisa maliciosa que me hace enarcar una ceja. Está respirando con dificultad, toda la tinta roja que tiene salpicada no es suya y le hace ver escalofriante. Tira una pistola al suelo haciéndola rodar hacia una esquina, intuyo que la ha usado contra su adversario.
- Que sexy te ves -Admite, tomando asiento en la cama-. ¿Es una invitación?
Bufo rodando los ojos, al final no ha cambiado tanto.
- ¿Cómo ha ido?
- ¿En serio quieres hablar de ello? -Levanta una ceja incrédulo-. Pues al principio ha intentado defenderse, luego le di una irónica charla sobre cómo me acosté contigo y le pegué cuatro tiros en diferentes costados.
Trago saliva, muda. La imagen distorsionada vaga por mi mente, las súplicas, hubiera pagado por escucharle rogar por su vida. Ahora pienso en el destino de Harry, si la policía lo encuentra, si saben que fue él, al final alguien echará de menos a Lewis Nord.
- ¿Dejaste el cuerpo?
- ¿Tan tonto me crees? -Se desnuda quedando en ropa interior y gira para verme-. Rubby se encargará de él.
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Falling
RandomDesconocedora de la avaricia de un padre obsesivo con su hija tendrá que verse envuelta en sangre y descubrir porqué fue educada para matar y qué le ocultaron durante toda su vida. Alguien que en un principio no está conectado con ella la ayudará de...