Cuál es el valor de una mentira

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- ¿Y bien? -Malik tomó un sorbo del oscuro vino que había pedido hace una hora-. ¿Crees que deberíamos firmar?

- A la empresa no le vendría mal más dinero, el laboratorio está escaseando y Mitch ya me ha pedido un aumento -Bebí un poco del mismo líquido.

- Ese Mitch... No sé qué hace con mis químicos, cada mes le doy más y todavía no veo avances.

Me encogí de hombros dando a entender que pensaba igual que él, Mitch era el encargado de laboratorio y cualquier problema caía sobre nosotros.

- Creo que entonces firmaremos el acuerdo, el Lunes llamaré para verificar el contrato.

Todos comían en silencio, lo más raro es que no hablaban entre ellos, ni siquiera parecían estar pendientes a la conversación. Alguna que otra mirada caía en vano pero sin más, cuando terminamos los negocios la cosa se volvió incómoda y solo podía sumergirme en mis pensamientos.

- ¿Y a que te dedicas exactamente?

Me sorprendió escucharlo hablar, se me abrieron los ojos como platos y no pude disimularlo, había oído su voz por primera vez, y se había dirigido a mí. Tenía una voz ronca, profunda y grave, su mandíbula se marcaba a cada mordisco que daba y se encontraba recargado sobre la silla mirándome intrigado, esperando una respuesta mientras terminaba de masticar.

- Soy la jefa del laboratorio.

- Osea, mi sucesora -Sonrío Malik con orgullo-. Es muy buena en su trabajo, estoy seguro que quedará en buenas manos.

- Todavía queda mucho para eso -Aclaró su hijo entre risas.

- ¿Pero qué haces? -Volvió a hablar, nuevamente me sorprendí ahora un poco más acostumbrada a su voz-. Nadas con peces, los cortas en rodaja, vas de pesca, explícate.

Ahora sonaba más bruto, insistente y seco, pero sonreí de igual manera mirando a mi jefe y luego en su dirección.

- Mi trabajo consiste en colaborar con otras grandes empresas, a veces me toca salir a mar abierto y realizar informes sobre nuevas especies o medidas de las más comunes, otras veces solo me toca dirigir el laboratorio, donde hay pruebas suficientes para encontrar multitud de enfermedades y en ocasiones tengo que correr a rescatar algún animal y mantenerlo en cuarentena hasta que pueda volver al océano.

Todos me miraban incrédulos, Malik tenía una amplia sonrisa de satisfacción y se la devolví con aprecio.

- Pero es mucho más fácil ordenar archivos -Reí quitando hierro al asunto, todos rieron conmigo y se unieron dos más a la charla.

- ¿Entonces usted que hace señor Malik? -Habló un moreno de ojos verdes girando hacia él y luego hacia mí-. Yo no sabía que en su trabajo tenían empleadas tan completas.

- Bueno Tomlinson, yo me llevo el dinero y me encargo de que gente como tú no derrumbe mi empresa -Ambos rieron al unísono.

- Cuando yo estuve ahí fue duro, enhorabuena por ese gran puesto -Otro chico se sumó-. Soy Liam, no sé si alguna vez trabajamos juntos.

- Te recordaría -Dije amablemente-. Pero seguro que cuando tú estabas yo todavía estaba en la universidad.

Todos rieron y me uní a ellos, la cena finalmente terminó y fue un gran alivio que Niall se equivocara en sus suposiciones sobre mi jefe, por su culpa estuve alerta las dos horas de reunión.

Caminamos hacia el amplio salón y estuvimos ahí hablando un buen rato, hasta que todos miraron el reloj y con un gesto que yo no supe interpretar empezaron a comportarse de manera inquietante.

FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora