Hasta aquí

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Su mano recorría todo mi cuerpo con descaro, rozaba mi piel desnuda sin importarle que tan cerca estaba de algunos límites. Me seguía moviendo con la música, estaba sumergida en el momento, disfrutando de las caricias y apego, se escucharon unos gritos en la parte superior pero nadie pareció percatarse y no tuvo más atención.

- Vamos a otra parte -Susurró cerca de mi oído, no podía percibirlo bien pero su voz no era tan grave y ronca, su acento duro había desaparecido pero solo pensaba que era mi imaginación engañándome con el alcohol.

¿Cuánto había bebido? Solo recordaba el último cóctel, pero me venían imágenes de Liam invitándome a pequeños tragos y a Louis animoso de darme a probar varias mezclas, exacto, muchísimo.

Sentía mi cuerpo débil ante su agarre, me había tomado en el aire para sacarme de entre la multitud y aún me hallaba de espaldas a él, rodeada por sus grandes brazos. Me soltó en cuanto pude respirar oxígeno un poco más neutro, fuera del barullo, sin dejarme reaccionar a verle el rostro me acorraló contra la primera pared que había y con una mano me tomaba de la mandíbula jalando mi cabeza hacia atrás, dejando mi cuello para él y su lengua.

- Llevas toda la noche provocando -Apretó su cuerpo contra mí haciendo que me impulsara un poco del suelo, mi estómago ardía ante el contacto y podía sentir sus gestos brutos y agresivos, deseoso de acabar con su propia tortura.

- Me haces daño -Susurré, su mano presionaba la parte interior de mi muslo con fuerza, levantaba un poco el vestido y volvía a presionar con los dedos clavados en mi piel-. Para, por favor.

- Cállate joder -Me agarró del cuello con tanta rabia que mi cabeza chocó brutalmente contra la pared, un fuerte gemido salió de mi garganta al tiempo que cerré los ojos y sentía su nariz presionada en mi cachete, mandando como autoridad, en ese momento vi la clara diferente, no era él.

- ¿No escuchaste? -Su voz resonó tan gruesa detrás del extraño que no pude evitar asustarme-. Suéltala.

Quedaron mirándose mientras yo me colocaba el vestido, avergonzada de quién pudiera haber visto el espectáculo que había montado sin darme cuenta. Harry no se lo pensó dos veces y le pegó con el puño cerrado en la cara, siguió uno tras otro hasta verlo en el suelo, sin quedar satisfecho seguía golpeándolo con furia, no dejaba que su contrincante se defendiera. Entre la muchedumbre apareció Zayn quien tiró del moreno despeinado, se gritaban cosas indescifrables el uno al otro, Louis hizo presencia y arrastró el cuerpo del extraño hasta la salida con ayuda de Liam, ambos dieron una última mirada a su amigo y con algún código de miradas se respondieron con un asentamiento.

- Escúchame muy atenta -Se zafó del agarre de Malik y me cogía la cara con ambas manos ensangrentadas, muy cerca-. Oigas lo que oigas, no te alarmes.

Acto seguido me guió a una puerta roja, dentro estaba oscuro y la única luz era del mismo color que la entrada, tan solo estaba equipada de una cama negra casi del tamaño de la habitación. Antes de poder preguntar se escuchó un disparo, dos, tres, cuatro y cinco. Mi mano fue directa al corazón que se me iba a salir descontrolado, busqué la mirada de Harry quien permanecía sentado en el borde de la cama, apoyado sobre sus rodillas y totalmente indiferente.

- ¿Qué ha sido eso? -Vacilé con las manos-. Olvídalo, mejor dime quién ha apretado el gatillo.

- No lo sé -Pronunció seguido de tragar duro.

- Claro que lo sabes -Me acerqué y le levanté el mentón con fuerza-. Quién.

En un gesto rápido agarró mi muñeca y me tumbó quedando a horcajadas de mí. Atrapó la otra mano y las puso a la altura de mi cabeza, intensificó el agarre y rozó su nariz con la mía, sus ojos desprendían rabia, odio, furia, el mismísimo demonio se estaba mostrando ante mí.

FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora