- Harry... -Susurro apartando mi cuerpo a un lado para que pase, aún incrédula.
No dejo de mirarle en ningún momento, analizo su expresión y cómo camina, está en una especie de trance sin contestar. Dirijo la vista a su brazo y al arma, se ha frotado la cara ya que también hay sangre seca en esta, se sienta a paso lento en el sofá y sigue moviendo la pierna nervioso. Me arrodillo frente a él, quiero tocarle los brazos, ver si tiene alguna herida o todo es de alguien ajeno, no sé cómo puede reaccionar así que prefiero esperar a que decida hablar.
- ¿Qué has hecho? -Sigo en el mismo tono de antes.
Mira sus manos y luego a mí, deja caer el arma haciendo que de un bote pequeño hacia atrás pero enseguida cubre su cara y solloza descontrolado. Me lanzo hacia él en un abrazo sintiendo cómo su pecho sube y baja rápido buscando más aire, me agarra con fuerza para que no me separe y mancha mi ropa mientras esconde su rostro en mi cuello.
- Te acabaré matando -Consigo oír entre gemidos.
- Dime que ha ocurrido, Harry.
- La he matado.
Se me congela el cuerpo y su tacto es frío cuando proceso sus palabras, trago duro antes de separarme y no hacerle notar que me ha provocado miedo tenerle cerca. Intento asimilarlo, entender el porqué pero eso solo se resuelve preguntando al propio asesino.
- ¿Por qué?
Sé que quiero sonar tranquila y calmada pero titubeo y mis manos me traicionan, se percata y esboza una sonrisa cínica cuando posa las suyas en las mías para que pare.
- No hay una explicación.
- Algo tuvo que pasar Harry.
- Me apetecía -Admite.
- ¿Te apetecía... Matarla? -Asiente.
- Puro placer.
Alejo un poco mi cuerpo de la distancia que teníamos y niego con la cabeza esperando que bromee, mantiene la vista en el suelo y juega con sus dedos sin demostrar arrepentimiento y abro mis ojos impactante.
- No me puedes estar diciendo esto.
- Quería escucharla gritar, quería verla sufrir, ver su sangre correr, cómo deja de respirar.
Sus palabras chocan contra mi alma tan fuerte que quiero llorar pero no sale nada de mis adentros.
- ¿Por qué has venido a mi casa?
- Has desaparecido dos semanas.
- Estaba en urgencias -Miento-. No me han dejado salir hasta hoy.
- Me has vuelto loco, esto es tu culpa.
- ¿Perdona?
- Si no hubieras desaparecido -Se levanta y comienza a caminar sin rumbo-. No te hubiera visto reflejada en ella, me estabas desquiciando, quería matarte por torturarme así -Agarra su cabello con fuerza y suspira-. Ella pagó por tu ausencia.
- ¿Has venido a mi casa a matarme?
En un salto me coloco de pie, me mira con una ceja levantada pero sé que se lo está pensando, retrocedo poco a poco casi sin que se note, tomo el arma de suelo y le apunto lo más rápido que puedo pero me percato de que no tiene balas y la dejo caer de nuevo. Se ha alterado un poco con mis intentos de amenaza y se acerca despacio, peligroso.
- Puede -Dice muy lento para que mire sus labios provocadores-. ¿Tienes miedo Persh?
- No te reconozco -Digo dedicándole una mirada aguada repleta de asco.
- ¿Qué te sorprende? -Alza las manos libremente como un demente-. Al fin y al cabo tú y yo no somos tan diferentes.
Deja escapar una risa repleta de locura, no deja de sonreír ni de caminar en mi dirección hasta que choco con la pared más alejada de la puerta y de la escalera. En un rápido gesto captura mi cuello con su fuerte mano mientras aprieta intentando estrangularme pero dejando que aún pueda respirar, su semblante está cargado de tortura, rabia y desquicio cuando arruga su nariz inhalando y se hunde en mi mejilla con dureza.
- ¿Te temes a ti misma? -No respondo, tira de mi cabeza hacia delante para impactarla contra el duro cemento-. ¡Responde!
- No... -Cierro los ojos y busco aire desesperadamente.
- ¿Y a mí? -Asiento mientras agarro sus manos en un intento de zafarme mientras busco su mirada-. Te voy a matar Fallon.
Vuelve a impactar mi cráneo contra la pared y me suelta dejándome desplomar en el suelo, acaricio mi cuello y toso al tiempo que agradezco el fresco del ambiente. Diviso que se mueve impaciente por el salón y murmura cosas.
- Te mataré como hice con ella -Me apunta con su dedo y coge el arma descargada-. ¡Os mataré a las dos! Acabaré con la última pizca de vuestra existencia, ustedes sois el puto diablo en la tierra. Encargadas de arruinar mi vida, máquinas de matar, debí pensarlo la primera vez que te vi en aquella fiesta.
- Harry... -Susurro.
Toma mis pies y tira de mí por toda la casa sin importarle que me choque con algún mueble, estoy débil y herida así que no puedo resistirme solo observar en círculos lo que hace, casi borroso. No tiene delicadeza conmigo, se coloca a horcajadas encima de mí y recarga el arma con una sola bala de su bolsillo. Sigue con una expresión de odio, el ceño fruncido, no sé si está fuera de sí o es más él que nunca.
Con su mano fuerza mi boca para que la abra lo máximo posible y se llena de algunas babas que limpia en su camiseta, coloca la pistola dentro de esta y presiona con fuerza casi atragantándome. Consigo aire por la nariz con desesperación y dejo escapar todas las lágrimas que llevo dentro, empiezo a sollozar y me cuesta respirar más que antes. Abofetea mi mejilla derecha provocando que mi cara gire a la izquierda e inevitablemente siguen rodando gotas de mi ojos ahora sin que yo lo controle, nos miramos a los ojos durante un tiempo sin decir ni hacer nada, solo veo su expresión y veo todas las imagines felices que tengo de él en mi mente, las veces que se preocupó, prometió, mintió, salvó mi vida y todo corre en frente de mí en este instante.
- ¿Últimas palabras antes de mandarte directa al puto infierno? -Presiona con fuerza el arma dentro de mi boca agrietando mis comisuras y la saca para que hable, sollozo antes de poder hacerlo.
- Te quiero.
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Falling
RandomDesconocedora de la avaricia de un padre obsesivo con su hija tendrá que verse envuelta en sangre y descubrir porqué fue educada para matar y qué le ocultaron durante toda su vida. Alguien que en un principio no está conectado con ella la ayudará de...