La Cueva musical

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Pensé que la muerte me daba una dulce bienvenida pues, luego de congelarme. Ahora sentía que me rodeaba un cálido y azufroso vapor, escuchaba unos silbidos angelicales por encima de percusiones profundas, distinguí la suave textura de la arena entre mis dedos arrastrándose, y sentí una fuerte luz a través de los párpados que, aunque era cegadora, me invitaba a mirar. Al abrir los ojos noté unos poderosos cangrejos ordenados en fila cargándome con delicados pasitos hacia el interior de una cueva misteriosa, parecía ser la misma donde habitaron los míticos gigantes. ¡Ay de mí! ¿Para esto sobreviví el naufragio?

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Créditos de foto: Jim Richardson

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora