Pensé que la muerte me daba una dulce bienvenida pues, luego de congelarme. Ahora sentía que me rodeaba un cálido y azufroso vapor, escuchaba unos silbidos angelicales por encima de percusiones profundas, distinguí la suave textura de la arena entre mis dedos arrastrándose, y sentí una fuerte luz a través de los párpados que, aunque era cegadora, me invitaba a mirar. Al abrir los ojos noté unos poderosos cangrejos ordenados en fila cargándome con delicados pasitos hacia el interior de una cueva misteriosa, parecía ser la misma donde habitaron los míticos gigantes. ¡Ay de mí! ¿Para esto sobreviví el naufragio?
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Créditos de foto: Jim Richardson
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
Short StoryEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...