Mensaje del 22 de abril

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Contrario a sus cicatrices, las mías no reflejan sólo mi pasado ni son prueba de aprendizajes y fortalezas adquiridas. Muchas son aún castigos vivos. Unos de ustedes me llaman «Madre» pero no curan mis heridas. Otros me llaman «fuente de poder» pero me desgastan hasta los límites, que también son los suyos. Unos provocan incendios que les dificulta respirar, y a mí me dejan quemada. Otros me depilaron hasta dejarme desnuda, quedándose ellos también sin protección del sol, aire y agua. Todos se pelean al tratar de aferrarse a un pedacito sano de mí. Mis cicatrices no son sólo mías.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora