Lucecitas

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La vejez me ganó y no pude hacer más. Espero que notes en tus sueños que te vengo a visitar. Te abrazo mucho aunque tú no lo sientas. Perdona, no te culpo. Sé que me extrañas como yo a ti. Con tus abuelos, tíos y unos amigos ideamos una forma de saludarte. Esta noche haremos una fiesta en tu jardín. Espero que te nos unas un rato. Por favor no mates ni espantes a nuestros cómplices.

¿Y esas luciérnagas? –dices con una sombra de sonrisa – ¡Qué lindas, me recuerdan la finca y los campamentos! –y así sé que nos notaste.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora