Me dicen La Llorona y cuentan que era una "loca" que ahogó a sus hijos y los busca por la eternidad llorando de forma escalofriante. Malinterpretaron mi dolor. ¿Acaso no entienden el corazón de una madre? Aunque tratamos de ser fuertes como robles nuestras emociones se manifiestan con lágrimas de diferentes sabores. Dulces cuando nos sentimos orgullosas de nuestros hijos, saladas cuando ellos toman su camino sin invitarnos a formar parte de él, ácidas cuando tememos por su seguridad, picantes al cocinar, y amargas cuando nos sentimos impotentes de ahorrarles dolores. No somos "locas lloronas", somos madres a toda honra.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
NouvellesEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...