Este día el abuelo recibió una visita especial. Lo vino a buscar el guía que lo llevaría a su viaje final. Era un guía que irradiaba luz, tenía cabello largo y venía armado con arco y flecha en caso de necesitarlos durante el viaje que emprenderían juntos. Nadie notó esta visita excepto por un viejo y feo pelícano que espiaba por la ventana. El mismo que el abuelo alimentaba con peces gordos cada día. Era un pelícano haragán pero lo hacía feliz tener alguien a quien cuidar.
Este guía no se presentó ni dijo a dónde irían, ni cómo viajarían, pero el abuelo lo reconoció al instante. Verlo le despertó un poco de temor que cambió rápido por una clara resolución y alivio. El guía le sonrió y le aseguró al abuelo que tenía la energía, valor y conocimientos necesarios para lo que venía. Le advirtió que no podía avisar a nadie ni invitar a nadie. No me pude despedir. De haberlo hecho, ¿qué le habría dicho? ¿Buen viaje? ¿Hasta pronto? O, ¿no te vayas, aún no estamos listos para que nos dejes? ¿Te puedo acompañar? Pero estos viajes no son así. El guía sería su única compañía.
ESTÁS LEYENDO
Mis microrelatos - Cabos sueltos
Cerita PendekEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...