Su reloj dejó de hacer tic-tac marcando el final de nuestra época juntos sin siquiera haber iniciado. Pero él vuelve de vez en cuando a pedirme que recuperemos el tiempo perdido. Después de despejar miedos, barreras y dudas le pido que pretendamos que somos los mismos que éramos, pero diferentes. Ahora él podrá ser el mago que quiso siempre ser y yo seré la niña inocente que ama y admira sus ocurrencias. Nos veremos en esa otra dimensión de otoño donde nadie nos ve, él no tiene prisa por irse, yo me dejo sorprender por los divertidos trucos de papá.
Créditos de foto: Platon Yurich.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
ContoEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...