Cambiando la historia

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Su reloj dejó de hacer tic-tac marcando el final de nuestra época juntos sin siquiera haber iniciado. Pero él vuelve de vez en cuando a pedirme que recuperemos el tiempo perdido. Después de despejar miedos, barreras y dudas le pido que pretendamos que somos los mismos que éramos, pero diferentes. Ahora él podrá ser el mago que quiso siempre ser y yo seré la niña inocente que ama y admira sus ocurrencias. Nos veremos en esa otra dimensión de otoño donde nadie nos ve, él no tiene prisa por irse, yo me dejo sorprender por los divertidos trucos de papá. 

Créditos de foto: Platon Yurich.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora