Uno de mis recuerdos más felices era despertar en esa finca con el canto de los pájaros y gallos, y el sonido de mi madre dando toquecitos a los sartenes para preparar el desayuno. Era un lugar lleno de vida. Tenía los corrales llenos, los pollitos correteando cerca de las galanas gallinas, y los perros peleando su puesto de guardianes con los gansos. Todos los campos tenían árboles y cultivos multicolores que recibían visitantes voladores que a veces ayudaban a la producción polinizando y otros que sólo iban a picotear hambrientos. Así de simple y dichosa era la vida ahí.
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Imagen que acompaña relato: The Farm at the Jas de Bouffan, Paul Cezanne.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
ContoEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...