Viajes acuáticos

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Un viaje en ferry sembró en la pequeña el anhelo por hacer un viaje más largo y atrevido. Nadie creía que una mujer pudiera navegar en solitario, sin asistencia y sin atracar en ningún lugar en pleno siglo XX pero lo logró.

A bordo del velero sólo iban su oso de peluche y su brújula. Pero afuera la acompañaban delfines y ballenas. Algunas veces, cuando la calma marea le permitía limpiar y ordenar su castillo flotante, se topaba con pequeños mensajes de ánimo escondidos por sus familiares y amigos en los rincones más inesperados. Después de todo no viajaba sola.


--Una historia inspirada en la valiente Kay Cottee.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora