Cuadrando cuentas

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Mis padres tuvieron excelentes métodos para aprender a hacer cuentas con agilidad. Papá atendía a veces la tienda de la abuela y mamá competía con sus otras cinco hermanas para ser la más lista en matemáticas. Se podría decir que los dos son calculadoras andantes. Yo, en cambio, no fui nada brillante. Me ayudó un poco mi hermana mayor para que contara mis saltos en el avioncito que en el piso para mí dibujaba. Ella revisaba mis cuentas contando sus dedos hasta que no le alcanzaban. Así que ella fue la más aliviada cuando al fin una calculadora nos regalaban.

Foto que acompaña relato: Digital vision en Getty Images.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora