El otoño del músico

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Ya no lo aceptan en la orquesta ni en la escuela de música que fundó porque la vida lo había hecho lento. Además, escuchaba palabras diferentes a las que le decían y veía notas distintas a las plasmadas en las partituras por nuevos compositores. Al notar la soledad de su vejez empezó a ir al parque a tocar música para las almas que rondaban melancólicas. A pesar de sus lágrimas cayendo al ritmo de sus cuerdas vibrando logró notar que la hojarasca bailaba sin ayuda del viento. Notó que su violín le devolvía la vida a él y a otros.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora