El creador de autómatas

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El aprendiz de carpintería volvía al atardecer luego de limpiar el taller de su maestro. Se llevaba a escondidas restos de madera, viruta y clavos para hacer sus propias creaciones en su solitario refugio. Se desvelaba las noches de luna llena y madrugaba con el alba para terminar de hacer las finas tuercas que conectadas entre sí movían las figuritas que hacían todas las cosas que él no podía aprender. Sus autómatas eran actores, violinistas, bailarines y magos. Amaba y envidiaba a sus creaciones. Todos eran libres para divertirse haciendo lo mismo todo el día sin pasar hambre ni sudor.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora