La nueva herramienta

13 3 2
                                    

Bajando las gradas se me eriza la piel. En parte por el frío y en parte por el asco que me despierta el olor a muerte. Cuando me acostumbro a la poca luz logro leer las indicaciones para cada estancia y veo con curiosidad lo que guardan. Noto que el cepo aún conserva unos cabellos de su último ocupante, la silla de la inquisición aún huele a sangre y orines rancios. Sus agujas lucen oxidadas pero afiladas. Y en el centro distingo el arma del mundo moderno, la nueva herramienta que mandó el Dr. Joseph Guillotín. Pronto me tocará probarla.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora