El alfarero exploró el talento de sus manos cambiando el oficio de moldear la arcilla en platos y vasijas, por tallar la madera y rocas para hacer pelotitas, castillos y caballitos para su hijo. Luego descubrió que quería pasar tiempo tranquilo y silencioso con su hijo, y creó su versión propia del tablero extraño que dejaron los viajeros de oriente. Hizo un par de reyes y reinas, dos caballeros sobre sus caballos, dieciséis peones, y como no entendió qué eran los "elefantes" hizo un par de obispos que llamó "alfiles". Así jugando a la guerra desde casa, inició el ajedrez.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
Short StoryEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...