La historia desconocida del Cadejo

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Parecía un vagabundo cualquiera porque era flacucho con pulgas que olía a trapo viejo y mojado. En realidad, era un dulce perro educado que, de día se pegaba a los no-videntes para ayudarlos a cruzar la calle, y de noche seguía a los borrachos que andaban en zigzag por las calles cantando desentonadas rancheras con botella en mano. Ese perro al que llamaban cadejo, porque creían que cuidaba a los borrachos, no era otro que "Coquito" buscando a el olor de su amo mezclado con alcohol entre otros borrachos. Aunque su amo lo hubiera abandonado, Coquito esperaba volver con él.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora