En otoño se respira aire fresco

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Luego del alocado verano, cuando el ligero bronceado de nuestras pieles se esfuma, las personas locales vuelven de sus cabañas familiares, y los turistas ya casi desaparecen, es el momento justo para disfrutar de esta gran ciudad del Norte. Las calles son doradas, el aire tiene el fresco justo para no dejarte cabecear mientras lees a un maestro literario en la banca de los parques. Los paseos en barco ya no hacen recorridos a cada hora por los canales, y las ardillas se dejan ver mientras cargan sus provisiones de invierno a los huecos de los árboles que las hospedan.

Créditos de foto que acompaña relato: Vint26

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora