Catarsis

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Mientras las personas tomaban sus asientos y saludaban con gestos normales, se decidió ensimismar en su celular antes que comenzara la conferencia. Le sorprendió encontrar al menos treinta mensajes sin leer, algo que no tenía hacía media hora cuando revisó su celular la última vez. Eran felicitaciones de cumpleaños de amigos que a pesar de la distancia y ocho años de no verse le mandaron amor y calor con sus palabras. Fue tanta la emoción que se desencadenó una catarsis de lágrimas que sorprendía a los colegas a su alrededor. La abrazaban sin que pudiera explicar que lloraba de felicidad.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora