Mientras las personas tomaban sus asientos y saludaban con gestos normales, se decidió ensimismar en su celular antes que comenzara la conferencia. Le sorprendió encontrar al menos treinta mensajes sin leer, algo que no tenía hacía media hora cuando revisó su celular la última vez. Eran felicitaciones de cumpleaños de amigos que a pesar de la distancia y ocho años de no verse le mandaron amor y calor con sus palabras. Fue tanta la emoción que se desencadenó una catarsis de lágrimas que sorprendía a los colegas a su alrededor. La abrazaban sin que pudiera explicar que lloraba de felicidad.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
Short StoryEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...