Estaba por decidir su camino, con un pie entre la vida y la muerte, cuando se fijó en el encanto y la luz de los seres que siempre fueron pintados como los más temibles y espantosos. Miró a un grupo de demonios recostados en las nubes mientras escuchaban resignados las historias que se contaban de ellos en la Tierra. Las personas se burlaban de sus pezuñas, temían sus colmillos y se persignaban al hablar de sus orejas puntiagudas y alas afiladas. Él eligió no llegar al paraíso sino volver al mundo y pintar la belleza detrás de lo que tememos.
Sobre la pintura que acompaña el relato. Demonio sentado, Mikhail Vrubel, 1890 (Russian: Демон сидящий).
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
ContoEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...