Vida de acuarela

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Esa casa celeste tenía un salón de música que nunca conocí. Con el tiempo, y por sus visitantes, descubrí que su magia provenía de un piano, cuatro violines y dos cellos. Yo soñaba con tocar música, pero me faltaban las herramientas necesarias para hacerlo. Eso me dejó con la única opción de ir al salón de pintura. Ahí sorteaba pinceles entre mis labios para darle color a mi mundo. Nos pidieron pintar un recuerdo feliz. Elegí pintar con acuarelas algo nostálgico. Yo surfeando con destreza en el mar violento con brazos y piernas, como era antes que mi vida cambiara.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora