Esa casa celeste tenía un salón de música que nunca conocí. Con el tiempo, y por sus visitantes, descubrí que su magia provenía de un piano, cuatro violines y dos cellos. Yo soñaba con tocar música, pero me faltaban las herramientas necesarias para hacerlo. Eso me dejó con la única opción de ir al salón de pintura. Ahí sorteaba pinceles entre mis labios para darle color a mi mundo. Nos pidieron pintar un recuerdo feliz. Elegí pintar con acuarelas algo nostálgico. Yo surfeando con destreza en el mar violento con brazos y piernas, como era antes que mi vida cambiara.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
Cerita PendekEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...