Pizarra

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La niña notó que era diferente desde sus primeros años. Veía a su hermano saltar y agitar los brazos con una mano empuñada cerca de la boca sin entender por qué lo hacía. Sus padres se entendían sólo con verse y hacer muecas con la boca. Era como que si pudieran leer mentes, menos la de ella. Le enseñaron a dibujar en una pizarra lo que quería (comida, baño, etc.) para pedir ayuda a sus abuelos y tíos cuando estuviera sola con ellos. Pero casi nadie prestaba atención a su pizarra así que la empezó a usar para dibujar sus sueños.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora