Esa noche tuvo una cadena de sucesos extraños. La olla de presión explotó justo cuando las tres niñas disfrazadas de brujas se preparaban un sandwich para comer algo antes de salir a pedir dulces. Los frijoles negros impregnaron el techo y paredes de la cocina, los trajes y pelucas de brujas e incluso a la presumida gata blanca que iba hacia el jardín. La historia de terror de la noche no fue el susto de la explosión ni la falta de dulces ni los disfraces y cocina sucios, fueron los maullidos y aruñazos de la gata durante el baño forzado.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
ContoEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...