Dicen que los árboles son estupendos consejeros y confidentes. Además, acumulan la sabiduría de todos con el paso del tiempo y por eso extienden sus raíces y ramas con anchura. ¡Tanta información guardan! Pero yo busco lo contrario. No quiero consejeros ni guarda-secretos. Por eso, vengo desde lejos con este gigante amigo del viento. Le contaré mi sufrir, lloraré a su lado mientras agita sus brazos para darnos el agua de riego y le pediré que mande lejos mi tristeza. Todos cuentan con los árboles, pero pocos saben que los molinos de viento pueden liberarnos para siempre de las penas.
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Mis microrelatos - Cabos sueltos
Historia CortaEste es una compilación de micro-relatos que inició el 22 de junio de 2020 gracias a un reto iniciado por mis amigos del curso de escritura que tomé en la librería Sophos. Nos propusimos escribir 100 palabras por día. Cada capítulo es único y no tie...