La mercancía de los galeones

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Los pálidos trajeron en sus galeones a unos esclavos con cuerpos más oscuros, largos y fuertes que los nuestros. Aguantaban la sed como las criaturas jorobadas de sus tierras y, a pesar de sus miserias, trajeron su alegría y música. Ellos trabajaban en las plantaciones y nosotros en las haciendas. Aunque nuestras lenguas eran distintas entendíamos nuestro pesar. A todos nos recordaban que no debíamos dejar de trabajar con el látigo. Nuestro sufrimiento nos unió y así fue como un grupo nos aventuramos a huir a la selva y vivir como criaturas libres. Así empezó la vida en el Caribe.

Mis microrelatos - Cabos sueltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora