Capítulo 9

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Por el aumento de defectos que le había proporcionado a mi cara, mi autoestima sufrió un declive trascendental, para ir a la farmacia a gastar los cinco dólares que me había dado mi papá —con la excusa falsa de que curaría la tragedia que llevaba por cara— tuve que usar un suéter, lentes de sol y un gorro, para que las personas no vieran mi piel.

Cualquiera que viera mi cara sin nada encima pensaría cualquiera de estas opciones:

-Opción 1: "Pobre, tuvo un accidente"

-Opción 2: "Pobre, es un enfermo"

-Opción 3: "Pobre, está loco"

-Opción 4: "Pobre, es un enfermo loco que tuvo un accidente"

El suéter y el montón de cosas que me ponía tampoco es que me beneficiaran, entraba en un círculo vicioso donde solo salía perdiendo. Lo explicaré lo más sencillo posible:

Usar suéter = Sudar

Sudar = Más acné

Más acné = Glicerina

Glicerina = Suéter y mierdas para ocultar el daño creado.

Perfecto.

Y es irónico, porque a pesar de toda la miseria económica, social, física y emocional que estaba viviendo, no se me ocurría detenerme.

Compré el líquido incoloro que satisfacía todos los placeres que podía sentir en mi rostro y fui directo a mi casa.

Cuando llegué, me recibió mi papá

—Que bueno que pudiste comprar tu tratamiento. —señaló intentando mostrar una sonrisa—. Mira, hoy no cenaré, te hago la comida para que cenes tú, y mañana ya veré como hago para el desayuno. No te preocupes, haré todo posible para que no te falte ninguna comida.

Yo no podía responder nada, estaba perplejo al escuchar esas palabras que salían de la boca de mi papá intentando disimular su desesperación. Solo pude asentir con la cabeza y me metí en mi habitación a llorar.

Estaba hecho un desastre, mi cara era repugnante, el pus del acné se desbordó por los movimientos que hice con mi cara mientras me hundía en llanto. Era terrorífico sentir que estaba jodiendo a mi papá dejándolo sin comida. Él ya no tenía que mantenerme, ya era mayor de edad, tenía que ser alguien independiente. La solución que pensé con seriedad, no fue la de buscar trabajo o alguna otra cosa. Quizás pueda decepcionar a alguien con esto, pero mierda, estaba muy desesperado. Las medidas que tomé no tienen sustento en lo ético, decidí buscar la manera de seguir usando mi tratamiento con mi propio dinero... ese dinero lo conseguiría robando.

Glicerina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora