Capítulo 15

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El cuarto día pudo ser una luz al final del túnel, y no me refiero al hueco que había en la pared de la celda donde me "hospedaba".

Después de salir a desayunar, un par de guardias me llamaron y me trasladaron a la sala que estuve cuando llegue. El frío seguía siendo muy fuerte pero conseguía ser satisfactorio por el calor infernal que sentía durante el día en este lugar. A los minutos entró Guillermo.

—Buenos días, Martin.

—Hey. —saludé con la voz mas baja y ronca que pudo haber salido de mis cuerdas vocales.

—Mira, seré totalmente franco contigo. Sé que no eres una persona mala y quizás ni mereces estar aquí. Por eso he intentado que mi trato hacía ti no sea rudo o tan fuerte como con los demás prisioneros.

Yo al escuchar esto sentí que este iba a ser el final de esta historia y que saldría a ser libre nuevamente.

—Tú padre, nos conto el día que llegaste, que no querías abogado y eso nos parece fuera de lo común, pero es algo válido. Así que, te llamé para que hablemos de todo esto. ¿Qué ocurrió el ocho de mayo?

Di cada detalle, me abrí con Guillermo y le conté todo. Desde mis problemas de acné hasta la investigación que tuve que hacer para desactivar el sistema de seguridad de la casa. TODO. Necesitaba decir la verdad, una mentira que dijera era un paso en falso para la caída en picada que me llevaría directo a más miseria en mi vida, y eso no era exactamente lo que quería.

Guillermo después de escucharme, sacó una carpeta y me dijo:

—Ok, Martín. Antes de conversar contigo me puse en contacto con la persona que te mencioné cuando llegaste, y después de hablarle de ti, llegamos a la conclusion que tu caso es algo bastante interesante. Te explico; las características que nos dio tu padre nos dejan ver que eres un claro caso de transtorno obsesivo compulsivo aunque...

—¡¿Transtorno qué?! —pregunté sorprendido en voz alta.

—Transtorno obsesivo compulsivo, Martín. Te voy a pedir que por favor bajes la voz cuando te dirijas a mi. Prosigo con lo que te estaba diciendo...

Yo no lo podia creer, escuchar un nombre real de algo que mi mente o mi cuerpo padecían. No eran mañas, ni preocupaciones al azar. Era una enfermedad real lo que me atormentaba.

—Aunque hay algo que no nos cuadra y es que este tipo de personas son muy nerviosas y la probabilidad de que cometan un robo es mínima. Y es algo que nos lleva al siguiente punto. Después de ir a tu casa, notamos múltiples envases vacíos de glicerina en el baño. Ahora que me contaste de tu acné y esa supuesta solución, tambien puedo notar que ademas de padecer el trastorno antes mencionado, tienes una adicción bastante importante por este tipo de alcohol líquido que no ha hecho más que degenerar tu piel —señaló haciendo referencia a las visibles manchas rojas de mi rostro.

Yo no sabía como sentirme. Siempre fue una suposición muy común en mi vida diaria el hecho de sentir que había algo mal en mí, pero que alguien me lo dijera de una forma tan fría y directa me desmoronó.

—Ent-...entonces, oficial. ¿Qué pasará conmigo? —logré decir al borde de romper en llanto.

—Mira, Martín. Tu caso no es fácil, está bien? Me acabas de confesar que acosaste a un hombre, para después robar en su casa. Incluso dañaste su sistema de seguridad. Me voy a sentir como tu abogado diciéndote esto, pero el punto a favor que tienes es la cantidad de dinero que hurtaste. Fue algo mínimo y eso se puede ver reflejado en tu sentencia.

—Eso quiere decir que, ¿habrá algún tipo de juicio? —pregunté rogándole al cielo que por favor su respuesta fuera un no.

—Lamento que si habrá uno. Para tu fortuna se efectuará dentro de tres días a las doce del mediodía. Quién lo diría, escogiste bien la fecha para hacer tus mierdas —dijo sonriendo levemente—. Ya sería todo por hoy. No te metas en problemas

Y llamó a los guardias que me llevaron a la celda nuevamente.

Ahora en mi cabeza surgían nuevas dudas, lo que parecía que era una respuesta a varias de mis preguntas se convirtió en todo lo contrario. ¿Qué tan grave era mi trastorno? ¿estaba realmente cuerdo o cerca de la locura absoluta? Y la más importante...¿cuando saldría de esa mierda?

Glicerina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora