Glicerina.

Capítulo 28

Sorprendido: Esta palabra hace mención a generar asombro, causar impacto o provocar desconcierto por mostrar o desvelar algo que estaba oculto, resulta extraño o era inesperado.

Esa definición se queda inmensamente corta con lo que yo estaba viviendo en ese momento. Después de que Erick me avisara que podía adentrarme al cuarto donde me esperaba Evangeline tardé un momento mientras intentaba analizar toda esta situación. Las dudas en mi cabeza no tardaron en aparecer.

Cuando entré, Evangeline me saludó con mucho entusiasmo, como todas las veces en las que me había atendido. Sin embargo, en seguida notó mi semblante.

—¿Pasó algo, Martín?

La miré fijamente desde la puerta del cuarto y sin pensarlo solté la pregunta:

—¿Por qué no me dijiste?

—No te entiendo, hijo. —señaló confusa.

—¿Por qué no me contaste que soy tu único paciente, Evangeline? ¿por qué no me contaste que dejaste de trabajar hace años?

Se quedó paralizada unos segundos.

—Ay... creo que tendré que hablar con Erick mas tarde —dijo mientras se rascaba la frente.

—Era lo primero que tenias que decirme. Tú no sabes como me siento en este momen...

—Sé que estas molesto —me interrumpió—. pero era algo que evité decirte para que todo fluyera con la máxima normalidad posible.

Terminé de entrar completamente al cuarto, cerré la puerta y le dije:

—Molesto? Estoy arrepentido, Evangeline. Siento que te juzgue, pensando que tú solo querías averiguar y tocar partes sensibles de mis sentimientos porqué sí. Nunca confié en este tipo de terapias, pero ahora, me di cuenta que tú en realidad si quieres ayudarme.

La había dejado sin palabras.

—Quiero pedirte disculpas por no hacerte el trabajo más fácil, y no contarte mis cosas en su totalidad —Continué.

—Estoy impactada, Martín. De verdad que, me sorprendiste con todo esto. Creo que yo también te debo unas disculpas por no ser sincera contigo.

Me senté en uno de los muebles y ella se sentó al frente de mi. Creo que nunca había hablado tanto en mi vida con alguien. En una conversación yo escucho un 95% e interactuó una parte mínima, pero esta vez me estaba expresando.

—Te voy a decir una cosa. Antes de venir aquí, tenía las intenciones de gritar cosas sin sentido porque pensé que me harían sentir mejor, cosas como "La vida es una mierda", sin ningún tipo de argumentos. Pero no, quiero ser objetivo realmente. ¿Quieres que te dé un ejemplo de como me siento?

Ella asintió con la cabeza.

—Me siento como... como esa típica noche deprimente que piensas que estás más solo que nunca, lo único que quieres es llorar y lo que haces es sentirte cada vez peor hasta que te vence el sueño y terminas durmiendote entre un sufrimiento insufrible. Esa sensación la vivo yo a las diez de la mañana cuando terminó de desayunar. Y así empieza mi día —dije con toda la contundencia del mundo—. Estoy cansado de sentirme como un inútil. Estoy cansado de ser dependiente a unos medicamentos de mierda. Esto no puede ser vivir, solo es existir y ya, sin ningún motivo o razón que me haga vivir de verdad.

Cuando terminé de decir todo esto, ella tenía una expresión facial entre sorprendida, feliz y triste. De verdad que no sé como explicarlo, parecía que iba a llorar de emoción porque por primera vez, había abierto mi mente en su totalidad para ella, y por otra parte parecía que le afectaba que me sintiera así.

—Estoy agradecida contigo por como te acabas de expresar sin ningún tipo de censura hacia mí. No tienes ni idea del avance que representa todo esto. —dijo limpiándose una pequeña lágrima.

Solo me quedó asentir con la cabeza. Como pude contar antes, cuando salía de éstas sesiones me sentía liviano. Ese día me sentí vacío, y no en un mal sentido. Sentí que mis emociones flotaban a mi alrededor y simplemente lograba caminar tranquilo, sin fijarme en el suelo o lo que sea. Ese fue el momento donde me di cuenta que todas las pastillas que estaba tomando no se comparaban a la calma que me daba el sacar mis sentimientos a flote a través de mis palabras.