Cada vez que veía a Evangeline ella estaba contenta y emocionada, pero en esa oportunidad...
—Eres lo mejor, mi niño. Estoy súper orgullosa de ti.
—No creo que deban consentirme por el simple hecho de no bañarme con algún otro líquido que no sea agua limpia, ¿eh? —Le contesté en tono de broma.
-Claro que sí, Martín. Quizás no entiendas la grandeza de ese acto donde lograste ganarle a tu propia mente. —argumentó golpeando la mesa—. Es difícil tener un problema con otra persona, con un amigo, una novia, un padre. ¿Pero sabes que es más difícil? Tener un problema con tu propia mente. Que te juegue en contra en momentos donde no debería... y tú Martín, tú eres una persona muy valiente.
—Terminarás contagiandome tu energía... —respondí mientras rascaba mi cabeza.
Ella observó mis manos un momento, cambio su semblante de inmediato y me dijo:
—Lo que sí lamento es que tus manos asumieran ciertas consecuencias. ¿Quieres unas vendas? —preguntó algo preocupada.
—No, dejalo. Estoy bien, es algo secundario en este momento.
Hay momentos en tu vida que tienen más importancia que otros, momentos donde no te acuerdas con claridad que ocurrió y donde prefieres no hacerlo. Hay algunos aburridos donde la verborragia innecesaria se hace notar, pero también hay otros donde las sensaciones reinan y las palabras se olvidan.
La conversación continúo con Evangeline. Hablamos sobre mi padre, tocó el tema de la universidad, que si me parecía muy pronto, que mi padre no sabia lo que decía, en fin... Podría contar con detalles todo este palabrerio excesivo que existía en estas sesiones que, eran comparables con dos señoras que tenían años que no se veían y se estan reencontrando en una plaza a tomarse un café.
Sin embargo hay una parte que no puedo saltarme, ni mencionarla por encima con tanta ligereza, porque es quizás uno de los momentos mas importantes que viví durante toda la época que estuve asistiendo a éste lugar y estoy seguro de que es uno de los más importantes de mi vida. Después de haber romantizado todo éste tema, creando un preámbulo algo emocionante... continuaré diciendo que casi al finalizar el horario de terapia; Evangeline me vio fijamente a los ojos y con gesto de sorpresa me dijo:
—Oh, hijo. Antes de que te vayas... sé que el tema de la universidad no te interesa mucho en este momento. Es difícil el tema de escoger una carrera y todo lo que amerita el hecho de asistir a una universidad. -dijo tomando un poco de aire-. Pero, aunque estoy muy contenta porque hayas vencido a tu mente en esta oportunidad, quisiera plantearte algo para que uses toda la energía que tienes coleccionada en tu cuerpo.
—Por primera vez me abriré a escuchar una propuesta así, solo porque debo admitir que el desahogarme me cayó bastante bien. Te escucho. —señalé haciendo una mueca.
—¿Te interesaría trabajar en algún sitio? —preguntó sin mostrar miedo a mi respuesta.
—De más está decir que seré sincero con mi respuesta. Me interesa vivir, más que trabajar en sí. Pero, si trabajar en algo que me agrade, es síntoma de estar viviendo; podría plantearmelo.
—Creo que la prueba de que trabajar en algo que te gusta, es un síntoma importantísimo de vivir, soy yo. Y es algo irónico porque tú, Martín. Tú me aumentas las ganas de vivir. —dijo sin dejar de verme ni un segundo—. Cuando me retiré el primer año estuvo bien, el segundo empezaba a aburrirme, y el tercero ni hablar... Pasaron cinco años, Martín. Cuando tu caso llegó a mis oídos, me resultó imposible no interesarme. Y mírame ahora, soy más feliz. Quiero que seas la primera persona en saber, que volveré a atender a más pacientes aparte de ti, como un trabajo común y corriente.
No pude evitar sonreír.
—Wow, eso es increíble. Me alegro mucho por usted. —respondí con una sonrisa de oreja a oreja.
—Ahora que te conté un poco más de mi situación, quiero que me cuentes de la tuya. Entonces, señor Martín Luzardo... ¿estaría dispuesto a buscar empleo?
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Glicerina.
Short Story•🥇Primer lugar en la categoría "Historia corta" en el concurso literario de @EditorialCortazar• Absolutamente todo el mundo tiene problemas, unos más grande que otros, pero al fin y al cabo, son problemas. Algunas personas sencillamente intentan ev...