Is This Love? ( Yoongi y T/N )

Capítulo 52

Después de dormir profundamente, abrí los ojos y noté que estaba sobre una cama, dentro de una habitación que desconocía.

Me senté y observé a mi alrededor.
Lo primero que llamó mi atención fue una ventana con vista hacia el patio

Había luz del día y parecía ser de mañana.
Estaba en un segundo piso y se veía un jardín con un auto estacionado afuera.

No tenía idea de dónde estaba o mejor dicho:

¿En la casa de quién estaba?.

Escuché dos toques en la puerta y giré.
La puerta se abrió y enseguida entró una señora con una charola de comida.

Parecía una señora de unos 40 años aproximadamente.
Dejó la puerta abierta y empezo a acercarse a mí, hablándome en japonés.

No entendía nada de lo que me estaba diciendo.
Dejó la charola sobre un mueble junto a la cama y empezó a destapar los platos que traía, dejándolos a un lado.

—¿Dónde estoy? —pregunté en coreano, aún sin saber si ella iba a entenderme.

Dejó de hacer lo que hacía y me observó.

—Estás en casa de mi jefe —respondió en coreano, dejándome sorprendida porque no pensé que pudiera hablar en ese idioma—. Te trajimos anoche, te desmayaste y pensamos llevarte al hospital, pero luego despertaste y creímos que solo necesitabas descansar.

Me quedé pensando en lo que dijo.
Trataba de recordar lo que había pasado en la noche.
Y aunque no recordaba muchas cosas, si recordaba que alguien me había cargado y me había llevado hasta la cama.

—¿Su jefe... fue quién me trajo hasta aquí? —pregunté.

La señora puso la charola sobre mis piernas y siguió hablando.

—Si, el joven Kim te metió cargando a la casa.

—¿Kim? —pregunté sorprendida, creyendo que se trataba de Jin. —¿Kim Seok Jin?

Aunque pensándolo bien era imposible que fuera él.

—No, pequeña —Sonrio.

—Kim Taehyung —respondió la voz de un hombre junto a la puerta y giré mi vista hacia él.

Era un joven de aproximadamente mi edad, estaba parado junto a la puerta y vestía un traje negro.
Se cruzó de brazos y se recargó en la pared mientras me observaba.

Su mirada era penetrante, me sentí intimidada y agaché la mirada.
Pero su voz hizo que levantara la vista nuevamente hacia él.

—En cuanto te recuperes, quiero que te vayas de mi casa —habló en un tono firme y autoritario.

Lo había dicho en coreano y lo había entendido perfectamente.
No dije nada, él se dió la vuelta y se fue de la habitación.

La señora volvió a hablarme, poniendo los platos sobre la charola que estaba en mis piernas.

—Necesitas comer para que recuperes tus fuerzas, con esto vas a sentirte mejor.

Me dió unos palillos y se quedó parada esperando que comiera.

Le di las gracias y tomé los palillos, me quedé observando el plato de arroz y di un bocado.

El arroz sabía tan bien que me hizo pensar en muchas cosas, me hizo recordar las cosas buenas que me habían pasado a lo largo de mi vida.

Pero sin pensarlo, los malos recuerdos se metieron en mi mente.

Desde el día en que mi madre se había ido con otro hombre, hasta la vez en la que vi por primera vez a Kan y me hizo tener relaciones sexuales con él esa misma noche.