Capítulo 07

666 81 1
                                    

Abrió los ojos en medio de la noche.

Al principio estaba desorientado. No identificaba aún lo que lo había despertado. Entonces lo olió.

Primero pensó que tal vez se lo había imaginado, hasta que se giró y distinguió a YangYang sentado en su cama. Levantó un dedo hasta sus labios, indicándole que guardara silencio, y ambos miraron atentamente por la ventana.

Esa noche fue diferente. El olor no era el mismo, pero estaban seguros de que era uno de ellos.

Escucharon luego el lamento de un animal agonizando.

Sin hablar el uno con el otro, salieron corriendo en dirección al sonido. Sicheng adoptó su forma de lobo. Luego otros dos lobos se le unieron también. Eran Yukhei y YangYang.

Jaemin, Taeil y Donghyuck corrían tras ellos en su forma humana.

Cuando llegaron a donde percibían la actividad, se encontraron rodeando el corral de un rancho aledaño.

En el centro, un toro agonizaba. De uno de sus costados brotaba la sangre que no parecía posible detener.

Sicheng percibió entonces el olor que sí conocía.

Levantó la mirada y encontró, entre la oscuridad de la maleza, como el muerto que había pasado muchas otras noches anteriores a esa observaba atentamente al toro. No tenía expresión. Simplemente miraba.

Entonces miró a Sicheng fijamente. No hizo nada.

De un segundo a otro, despreció.

No supo si fue por instinto, o por su naturaleza rival. No supo que era lo que lo había enojado tanto.

Se encontró siguiendo tan rápido como podía al frío.

Apenas éste se percató, corrió más rápido, comenzando a saltar de un árbol a otro.

Ahora parecía nervioso. Probablemente por que un lobo de dos metros lo seguía insistentemente.

Sicheng podía jurar que nunca se sintió tan motivado. Tanto que no notó cuando había abandonado sus tierras.

Siguió corriendo, agitado y furioso tras el chupa sangre responsable de todo lo que les estaba pasando.

Sí. Él lo sabía. Sabía lo de las escrituras, lo de la subasta y, ahora, lo del toro.

Ya sólo estaba a unos pocos metros del muerto. Éste cada vez giraba sobre su hombro con más frecuencia, sólo para cerciorarse que lo seguía de cerca. No importaba que tanto intentara huir.

Ya lo tenía.

Cuando estuvo a punto de alcanzarlo, fue derribado con fuerza desde un costado. Pero iba tan concentrado en su objetivo que no percibió al otro, uno de sus vampiros más jóvenes.

Mark, arrastró los pies en la tierra para estabilizarse antes de girarse al lobo que cazaba a su hermano.

Lo miraba con odio. Sus mirada brillaba mientras sus colmillos se mostraban filosos y listos para asesinarlo.

Sicheng gruñó, aproximándose lentamente. Cuando pensó que iban a pelear, el vampiro giró a su espalda justo a tiempo para atrapar a Taeil, que se abalanzó sobre él.

Hunting season Donde viven las historias. Descúbrelo ahora