– ¿Un lobo? – frunció el ceño – ¿por qué un vampiro secuestraría a un lobo? –
– No lo sabemos – negó Yukhei – sólo queremos preguntar si sabe algo al respecto –
– Pues... no – frunció el ceño, mirando a De Jun, que negó también.
El alfa asintió, decepcionado.
Esa búsqueda no estaba llegando a ningún lado. Ya eran pasadas las 5 de la tarde y aún no tenía pista de dónde podría estar Jaemin o de lo que le había pasado.
– El resto está aquí – anunció De Jun, sentándose en el brazo del sillón donde estaba Kun.
– Bueno – dijo Yuta, levantándose – gracias por recibirnos – hizo una reverencia – no les quitamos más su tiempo –
Los dos lobos asintieron y se levantaron también, seguidos de los dueños de la casa.
En ese momento, tres chicos entraron al vestíbulo.
Uno de ellos era alto de cabello azabache; el otro tenía el cabello igual, pero era bajo y más delgado; y el último era de estatura mediana y rubio.
Los tres se congelaron cuando vieron a sus inusuales invitados.
– Ya se van – explicó De Jun, leyendo la expresión confundida en los rostros de los recién llegados – sólo vinieron a preguntar algo –
– Con permiso – pidió Yukhei, saliendo primero.
Detrás de él iba Yuta, y luego YangYang.
Ese último se paró en seco cuando pasó junto a los otros tres. Frunció el ceño.
– Ge – llamó quedito.
Yukhei y Yuta se volvieron hacia él y lo miraron confundidos.
– Niño – llamó el japonés, impaciente – ¿qué haces? Tenemos que irnos –
– Espera – pidió el menor, parándose frente a los otros tres, que lo miraban extrañados.
El menor de los alfa comenzó a olfatearlos uno a uno, como buscando algo.
– ¿Qué está... –
– No lo sé – admitió Yukhei.
– ¿Hay algún problema? – preguntó Kun, mirando con curiosidad.
Cuando YangYang siguió el rastro que buscaba hacia el rubio, se separó de golpe y lo miró fijamente. Había recelo y algo de miedo en su mirada.
– ¿Se te ofrece algo? –
– Oye, ¿estás bien? – preguntó el más bajo.
– Tú mataste al toro – acusó YangYang.
Yukhei y Yuta abrieron la boca con sorpresa. El resto del clan miró al aludido con el ceño fruncido.
– ¿Qué? –
– Mataste al toro – repitió – fuiste tú –
– Yo no... –
– Chenle – interrumpió el más alto – ¿de qué está hablando éste chico? –
– No lo sé – se excusó.
– Chenle – insistió.
– Hen, no lo sé –
Kun suspiró profundamente.
– ¿Pueden explicarme qué está pasando? – pidió con cansancio, como si estuviera acostumbrado a ese tipo de accidentes.
– No sé de lo que está hablando – se defendió de nuevo – nunca he visto a éste lobo –
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Hunting season
Hayran KurguNo eran de clases sociales, razas o preferencias diferentes. Su conflicto principal, eran sus especies. O eras un perro, o eras un muerto. Si eras un humano no había problema, a menos que estuvieras con uno de ellos. NCT OT21 (ya sé, dije que no ib...