Estaban sentados a la mesa, jugando cartas y bebiendo.
Chenle estaba aburrido, así que comenzó a hacer trampa, consiguiendo victoria tras victoria.
– Deja de hacer eso – pidió De Jun, sin expresión en la voz – todos sabemos que no sabes jugar póquer. No tienes que... –
Se quedó callado cuando un somnoliento Jisung entró a la sala de entretenimiento arrastrando los pies y con los ojos cerrados.
Tomó una silla que estaba en la mesa y la arrastró hasta colocarla detrás de la silla de su amigo para sentarse y descansar la cabeza en su hombro.
– Hey, ¿no prefieres dormir en tu habitación? – preguntó Kun, mirando preocupado al chico.
– Gracias, señor Kun – bostezó – quiero quedarme con Chenle –
Renjun frunció el ceño.
¿Por qué el humano quería tanto a su hermano si se notaba a kilómetros que éste no lo quería igual?
De hecho, era el único de todos ellos que no lo quería ahora.
– Sigamos jugando – pidió Hendery, ignorando la situación en general.
Situación en la que se encontraban gracias a él.
Después de que había llegado hacía unas noches alertando a todos con su presagio de la muerte del niño, Chenle había hecho un berrinche monumental hasta que Kun aceptara y sí, decidiera llevarlo a vivir con ellos en lo que su padre regresaba a la ciudad.
Era nuevo para todos la forma en que cuidaban al muchacho.
Que no comiera chatarra, que no saliera solo, que usara protector solar aunque no hubiera sol nunca, que durmiera las horas necesarias.
Todo eso que no habían hecho por nadie más. Y lo peor de todo era que, a pesar de que al principio no lo hacían por su propia voluntad, era gratificante cuidar de alguien tan frágil y que, a cambio, no recibieran nada más que espontáneas e inapropiadas muestras de amor genuino.
La primera vez que pasó fue cuando Kun le hizo una curación a su dedo después de que se había cortado con un cuchillo.
El chico, en respuesta, le dio un gran y torpe abrazo y se acurrucó contra su cuerpo antes de irse por ahí con Chenle.
Y a Kun le había gustado.
La sensación de la piel calentita, el olor de Jisung, la sorpresa por el acto tan repentino. Todo. Le gustaba todo.
Ahora entendían más o menos la adicción del clan mestizo.
Era... interesante, por decirlo así.
Así que sí, iban a dedicarse a cuidar al niño día y noche para poder evitar que le pasara algo malo.
Nunca habían podido evitarlo antes, pero iban a tratar.
Aunque les costara la vida también.
YangYang hizo una mueca de desagrado.
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Hunting season
FanficNo eran de clases sociales, razas o preferencias diferentes. Su conflicto principal, eran sus especies. O eras un perro, o eras un muerto. Si eras un humano no había problema, a menos que estuvieras con uno de ellos. NCT OT21 (ya sé, dije que no ib...