7

384 46 29
                                    

CAPÍTULO 7

MALDITO VAMPIRO



Tenía dos cosas en mente.

Una de ellas era que mi padre no me ha contactado en todo el día por lo cual es un buen indicio de que después de todo la actuación que hemos hecho Bast y yo ha sido impecable. Aunque no estaría mal que llamara a halagarme y así elevar un poco mi ego, pero bueno, tampoco no se le puede pedir tanto al pobre, debe estar odiándome por culpa de Bast pero a mi defensa no es mi culpa que la única persona que pueda ayudarme gratuitamente de esa forma sea un capullo sarcástico y malhumorado.

La segunda de las cosas justamente se trataba de Bast, al cual estaba segura que estaba en la lista roja de mi mente, en aquella lista donde suelo ubicar a las personas que me fastididian y me molesta su simple existencia. Él muy imbécil había ganado un espacio justo en esa lista

Y bien merecido espacio.

El rubio -probablemente teñido-, que estaba frente a mi parloteaba sin parar de lo difícil que es tener que asistir a estas clases y encima tener que entregar todas los proyectos justo a tiempo. Sonreía amablemente fingiendo escucharlo pero en el fondo solo estaba siendo cortes porque será mi pareja en el proyecto de la semana que viene.

¡Ni siquiera sé su nombre!

-(...) entonces creo que deberíamos de tener unas merecidas vacaciones al cual podamos hacer todos nuestros proyectos en paz. ¡Como en navidad! ¿Qué has hecho en navidad tú?-No me dio tiempo a contestar que él se pregunta a si mismo y responde-Yo he ido a ver a mis padres pero se han peleado horrible, mi madre le estampó un florero contra su cabeza y tuvimos que llamar a la ambulancia, pasamos navidad tomando café en la sala de espera del hospital.

Inhalé profundamente mientras caminé para bajar los pocos escalones del instituto para dirigirme al estacionamiento. Por supuesto Sr. sin nombre me seguía parloteando en mi oído.

-¿Sabes lo peor de todo? ¡Es que en año nuevo volvieron a discutir! es que se ponen muy nerviosos porque mi padre empezó a tirar fuegos artificiales y mi madre se enfadó por los perritos les molestaba. Igualmente procuré esconder todos los jarrones, para evitar ambulancias y hospitales.

Relamí mis labios, ni siquiera me molestaba en intentar contestar. Él parecía hacerse las preguntas y respuestas él mismo.

-¡Y no te sorprendas porque no te he contado lo que sucedió en día de gracias!

-Escucha Damian -muevo mis manos en el aire. -Me duele la cabeza, he aguantado a un pesado este fin de semana, no puedo aguantar a otro. Mi mente necesita un descanso ¿Sí?

-Es Damon. -Me corrige -Ya veo eres de las mujeres silenciosas, yo tenía una novia que era igual a ti en ese sentido.

-Por favor no...

-Le gustaba mucho el silencio o yo le hablaba mucho, la verdad que no lo sé pero un día me sujetó de los hombros y me dijo "me harás llorar, cállate al menos cinco minutos" -Comenzó a contar- y le di una explicación de porqué es fundamental mantener una conversación fluida en la relación, aparte de unos consejos que le he mencionado que me ha recomendado mi madre, creí que todo iba a estar bien pero se fue y cortó conmigo por un mensaje de texto, fue triste.

-No me imagino por qué ha cortado contigo, Dylan.

-¡Es Damon! ¿Sufres de algún problema con la memoria porque mi padre...

Y bla bla bla.

Llegamos a mi auto y ambos nos subimos. En una semana debemos de presentar un proyecto y ambos debemos de empezar a crear, la consigna fue algo fácil crear -o al menos intentar-, un software.

BastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora