CAPÍTULO 36
LA VERDAD DUELE, O'KELLY.Maraton 1-2
Sentí un paño húmedo pasar por mi frente y mandíbula, trazar cada fracción dejando un rastro húmedo detrás. Me quise mover incómoda y liberé un quejido agonizante ante el dolor ocasionado por la cabeza.
—¿Estas bien?
La voz de Lizandro llega a mi, soy consiente de que él me está hablando. Abro mis ojos lentamente, parpadeando, y lo encuentro a mi lado, me costó enfocarlo.
—¿Qué...?
—Está en Florida, pido disculpas si la trajeron de una forma bruta. —Medio sonríe.
Apoyé la cabeza en la palma de mi mano y la froté.
—Hijos de puta si me hubiesen acorralado hubiese ido por las buenas. —Froté mi brazo donde me drogaron.
—Su padre la está esperando, Amber.
Cuando por fin puedo enfocar bien, respirar, pensar y mantenerme cuerda, asiento con la cabeza. Sea lo que sea que me inyectaron aún tenía un poco de efecto en mi cuerpo, veía distorsionado.
Me puse de pie y al instante casi me caigo, Lizandro me sujetó del brazo.
—La droga tardará en irse, es cuestión de voluntad trabaja debilitando pero solo es una ilusión de nuestra mente.
—¿Mi padre la creó?
—Sí.
—¿Es adictiva?
Él no contestó. Si llego a ser conejitos indias de esta mierda le romperé la cara...
Me aparte de él dispuesta a caminar por mi cuenta, todo me daba vueltas y vueltas pero no iba a permitir que me viesen tan débil, ni tampoco a pedir ayuda.
—Amber, antes que vieras a tu padre quisiese decirte que él tiene a los O'Kelly. —En más bien un susurro. —Será su haz bajo la manga, tiene a Hannah, Jane y Haziel. No pudo capturar a Sebastián, lo cree una amenaza así que prefiere hacerlo creer que lo has abandonado en Francia.
—Te dije que los cuidaras, lo único que te pido y lo has hecho mal.
—Fue un momento de vida o muerte. Me iban a matar.
—¿Y tu mejor idea fue entregarlos a ellos y a mi, imbécil?
Baja la mirada, avergonzado.
—Lo siento Amb...
—Cállate. Que por entregarme cuando mi padre muera lo primero que haré será recordar esto.
Claro, cuando mi padre muera, porque ahora solo soy una fugitiva heredera que al parecer mi padre ya no protegía tanto, de hecho, todos los gorilas perdieron su respeto ante mi y me tratan como trozo de carne, violentamente.
Salgo de la habitación arrastrando mi pierna izquierda que se estaba tomando todo su tiempo en despertarse dejando atrás al traidor de Lizandro.
—¿Dónde está?
—Con los O'Kelly.
Cerré los ojos unos segundos y luego comencé a caminar hacia la zona donde dejaban a los drogadictos que usaban como conejito de indias, cuando llegué caminé entre las rejas manteniendo mi vista al frente, siempre me afectaba verlos, era como si de pronto verlos causara una amarga sensación en el pecho que me decía “El un futuro, si sigues así, serás igual que ellos”
Y entonces, entre las seldas de los drogadictos mi padre se encontraba caminando, al parecer queriendo irse de aquí. Se detiene frente a mi y exhala el humo del cigarro mirandome de arriba abajo.
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Bast
AventuraBast era muy distinto a los demás. Y no lo decía en el sentido figurado, de hecho, a parte de tener un físico envidiable, personalidad llamativa, una inteligencia inigualable y una increíble capacidad de dejarme sin paciencia en menos de tres oraci...