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CAPÍTULO 33
SIEMPRE HUYENDO.

Me acomodo mejor las gafas de sol mientras cierro la puerta del taxi cargando mi bolso por el antebrazo.

La resaca era algo impresionantemente irresistible, no obstante, tenía que trabajar de todas formas.

Ni siquiera recuerdo lo que sucedió ayer. Solo recuerdo beber, drogarme y despertar dormida en la tina llena de agua. Al parecer me había dormido mientras me bañaba.

—Buenos días. —Salude a la recepcionista tras entrar al edificio.

—Buenos días, señorita Zoellick.

—Llamame Olivia.

—Olivia. Olivia, el jefe ha dejado esto para ti y también esto. —Me entrega el café de Starbucks y un sobre.

—Gracias. ¿Está en su oficina?

—En una reunión, le avisaré que has llegado.

—Gracias.

Le doy un trago al café. Nunca me ha gustado pero tenia que fingir que sí. Abro el sobre mientras camino hacia las oficinas.

«Querida.

Si has venido y estoy en una reunión te deseo una buena jornada laboral.

Lamento la pequeña discusión que hemos tenido anoche, sabes que te quiero.

–Noah.»

—¡Olivia! —Me llama un chico, si no me equivoco es el asistente de Noah. —¿Cómo estás?

—Bien... —Frunzo mis cejas.

—Robin. —Me sonríe. —Siempre olvidas mi nombre.

—Lo siento. ¿Necesitas algo Roberto?

—Robin. Y sí, me gustaría que me ayudases.

Comienzo a caminar a la par.

—Los códigos de las tarjetas de seguridad se han bloqueado, creemos que hubo algo que hizo que las puertas de seguridad que se cierren las puertas.

—¿Qué puertas se han cerrado?

—Todas. Logré hacer que se desactiven pero hay defectos en el software de los censores de tarjetas, creo que la base del problema es la cabina de cámaras de seguridad.

—Le echaré un vistazo.

Bebo del café hasta llegar a la cabina de cámaras de seguridad. Paso mi tarjeta por el sensor así puede abrirse pero vuelve a pitar indicándome el bloqueo. Me arrodilló y comienzo a teclear cosas en la pantalla, al cabo de una hora y media la puerta se desbloquea abriéndose.

—¡Joder! —Exclama alegre. —Bendita sea el momento que has llegado a la empresa. Un cerrajero de estos hubiese estado toda la tarde.

Abro la puerta para confirmar que todo esté en orden. Le echo un vistazo al interior y efectivamente lo está.

—Las puertas se cerraron tras alguien intentó entrar sin registro. —Me siento en las cámaras. —El servicio de seguridad fue efectivo, hizo que se asusten y se vayan pero la próxima sabrán que se bloqueará y se quedarán a desbloquearlo.

BastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora