CAPITULO 22
VOLVER.No se porqué pero en cuanto sentí que tenía sus labios contra los míos, fue absurda a todo lo que sucedía a mi alrededor.
Sin embargo, cuando noté lo mal que estaba, lo empujé lejos de mí cuerpo y lo quedé mirando como si le hubiese salido una segunda cabeza.
Por unos segundos nos quedamos mirando confusos. Él no entendía porqué lo había apartado y yo no entendía porqué me había besado.
Quise decir algo pero se formó un nudo en mi pecho que hizo que negara con la cabeza y cerrara mi boca.
Hice un ademán para salir de la habitación, pero su voz me detiene.
—¿Huiras? —Parece sorprendido por mi decisión.
—Lo siento, Bast.
Me giré queriendo salir corriendo del lugar, sin embargo vuelve a hablar.
—No siempre la solución a tus problemas es huir, Amber. ¿Qué harás? ¿Irte corriendo, drogarte, cambiar de identidad?
—¿Y tú qué? ¿Seguir nombrando y nombrando todos mis pecados? ¿Eso te hace sentir bien?
—No puedo creer que seas tan cobarde como para huir ahora.
—¿Huir ahora? ¡Lo dices como si huyera después de casarnos, Bast!
—Ha habido un gran cambio. —Ruge, indignado. —No te hagas la idiota.
—¿Me has llamando idiota, pedazo de mierda?
—Sí, te he llamado idiota. ¿Qué harás al respecto?
—Ignorarte. —Suspiré. —Cómo tuve que hacer desde un principio.
Él sonríe malicioso.
—Vale. Hazlo.
—¿Eh?
—Vete e ignorame.
—¿Así de fácil?
Él camina esquivandome para salir de la habitación.
Se detiene antes de salir y me mira.
—Sé que volverás a mi.
Me guiña el ojo, limpia con su pulgar el labial que quedó en la comisura de sus labios y entonces, el maldito narcisista egocéntrico asqueroso vampiro se va.
Presiono mis labios con fuerza mirando directamente un punto vacío de la habitación y luego acepto. Me giro caminando despavorida, salgo de aquél sector y vuelvo a la pista. Cuando lo hago busco con la mirada a mis amigos.
Hannah besándose con Finn. Damon más allá besándose con una rubia. Hice una mueca.
Salgo de la discoteca y al instante dejo de sentir calor. En la calle había un frío infernal. Debe estar por nevar.
Y mi vista cae en el rubio que había conocido minutos antes. Mi mente hizo un cortocircuito hasta que recordé que Damon se estaba enrollando a una chica.
Estaba sentado en la acera mirando la calle perdidamente.
—Eh tú. —Lo llamó. Él levanta la cabeza y me mira. —¿Quieres ir a un bar más tranquilo?
Él chico me sonríe forzadamente, algo tímido, y acepta. Se pone de pie y ambos comenzamos a caminar en silencio.
—¿Quieres hablarlo? —Pregunté.
—No soy bueno en eso.
Silencio.
—¿Estas seguro?
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Bast
AdventureBast era muy distinto a los demás. Y no lo decía en el sentido figurado, de hecho, a parte de tener un físico envidiable, personalidad llamativa, una inteligencia inigualable y una increíble capacidad de dejarme sin paciencia en menos de tres oraci...