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CAPÍTULO 24

UN PLAN DESASTROSO CON UN DESARROLLO CAÓTICO.

—¿Me estas diciendo que conociste al amor de mi vida y se te ha olvidado pedirle el número?

Damon se indigna mientras que yo me concentro en hacer mis deberes de la universidad. Realmente no necesito estudiar, mis califaciones son perfectas y los temas a estudiar ya me los he aprendido años atrás con el entrenamiento de mi padre, sin embargo era algo que me relajaba.

—Lo siento, iba muy borracha. —Mascullo sin dejar de escribir.

—Oye, si yo conociera al amor de tu vida y estuviera muy borracho igual me detendría a pedirle el número por ti.

—Estaba borracha y pensando en mi novio. —Puse los ojos en blanco. —No estaba lo más cuerda posible.

Decirle a Bast novio me resulta incómodo. ¿Desde cuando me molesta mentir?

—¿Al menos sabes su nombre? Podría buscarlo en mis seguidores de instagram.

—No le he preguntado.

—¿¡QUÉ!?

—¡Shhhh! —La bibliotecaria nos regaña.

Le sonrío en forma de disculpas y vuelvo a centrarme en Damon.

—Es un admirador, o un acosador. O ambas. Sube una historia a instagram y te la responderá.

—¿Tú crees?

—Claro.

Él sonríe sacando su teléfono.

—Debo irme.

—¿Ya?

—Sí, Bast me ha llamado a que vendrá a recorrerme.

—¿Tendrán sexo duro?

—Visita a su suegro.

—Prefiero el sexo.


Amén.

Beso su mejilla apegando mi maletin a mi pecho. Salgo de la biblioteca y tal como me imaginé el auto de Bast estaba aparcado en la primer fila del estacionamiento. Camino hacia él y abro la puerta. Al sentarme, giro y lo observó.

Estaba guapísimo, como siempre. Tenía su típica camisa negra y sus pantalones del mismo olor. Su maldita estructurada mandíbula con una barba de dos días que es totalmente gloriosa. Sus ojos están más brillosos y celestes que nunca.

—¿Compites para que día te ves más guapo aún, desgraciado? —Me indigno.

Él se ríe.

—Buenos días para ti también.

—¿Buenos días? Me despierto sola en tu cama, ni siquiera has dicho adiós. Ni un mensaje.

—Ah. Sí, bueno, detalles ¿No? —Prende la calefacción y comienza a conducir.

Note que siempre prende la calefacción. Incluso él siendo un ser que no puede sentir frío. Reprimi una sonrisa, lo hace por mi.

—¡No son detalles, me siento indignada!

BastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora