CAPITULO DIEZ
HEREDEROS
Tal como si fuéramos unos niños regañados; Bast y yo nos apoyamos sobre la baranda de las escaleras con los brazos cruzados recibiendo las palabras de Joel, quien estaba muy indignado.
—¡Son novios, no pueden pelear como animales! —Se queja. —Además, ¿Qué imagen están dando comportándose así? Se supone que son los futuros jefes. ¡Compórtense!
Para mi suerte, o desgracia, aún no lo sé, mi padre aparece junto a Gabriel. Ambos seguramente se acercaron por los ruidos, mi padre tiene las cejas fruncidas en desapruebo mientras que Gabriel no parece inmutarse en el drama y sigue sonriendo.
—¿Qué sucede aquí, Joel? —Preguntó al llegar.
—Abraham. —Saluda. —Tú hija y nuero estaban peleándose en el suelo., ¡Como animales!
—Él ha empezado.—Me excuso. —Puso a prueba mi violencia y ya. ¿Es que ustedes no harían lo mismo?
—Has perdido. —Bast me mira.
—Tú has perdido al descuidarme y recibir ese golpe en tus partes.
Vuelvo mi vista al frente, fastidiada.
—¿Necesitas algo, Amber?
—No, Facundo. Gracias.
—Soy Lizandro.
—Pues eso, Lautaro.
Llevé una mano a mi frente. ¿En qué momento me había comenzando a doler la cabeza?
—Bueno, tiene razón. Todos nosotros demostraríamos y defenderíamos nuestro animal dentro.—Joel parece acceder. —Sí, tiene razón. Pero de igual forma necesitan entrenamiento, eso ha parecido como niños con una rabieta en un preescolar.
—No querrá que dañe realmente a mi... —Miro a Bast con los ojos entrecerrados. —Mi cálido y gran único amor...
Imbécil.
—Yo tampoco quisiese dañar a mi... melocotón de azúcar. —Bast también improvisa.
Y ni siquiera para la improvisación sirve, pobrecito.—Entiendo su amor, chicos. —Joel nos regala una amplia sonrisa. —Seré padre, un varón, ese amor es increíble. Sé que deben estar encantados por su noviazgo... ¡Pero no sirve de nada! ¡Da igual! El amor se pierde tan rápido que es inútil, lo importante son los hijos.
—Porque heredan sus negocios. —Alza una ceja Bast.
—¡Por supuesto! ¡Es vuestra sangre!
Miré a mi padre de reojo. ¿También se alegraba tanto porque soy su sucesión? ¿Me buscaba tanto por el negocio o porque soy su hija? Su sangre.
Dudo que sea por cariño, me cuida eso sí pero solo para proteger al heredero. Si no fuese así él no me daría droga para que cada día dependa más de ella.
—¿Por cuánto tiempo te quedarás, Joel? —Mi padre le pregunta.
—¡Solo pasaba para ver como andaban las cosas! Pienso ver que el cargamento esté en orden y ya me iré.
La cabeza me duele, zumba y late con fuerza. Masajee las sienes.
—Necesito un trago. —Miré a Ulises.
—Por supuesto.
Se gira comenzando a caminar, pero muerdo mi labio impaciente. Lo necesito ya. Me deslizó caminando detrás de él, dejando detrás a todos. Theo se detiene al sentir mis pasos, esperándome, y cuando lo alcanzo vuelve a caminar.
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Bast
AdventureBast era muy distinto a los demás. Y no lo decía en el sentido figurado, de hecho, a parte de tener un físico envidiable, personalidad llamativa, una inteligencia inigualable y una increíble capacidad de dejarme sin paciencia en menos de tres oraci...