Capítulo 24

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Yugyeom observo el lugar al que Jungkook le había traído luego de clases, parecía ser un sencillo restaurante y tan simple acto le hizo sentir bien, porque a pesar de que Jungkook ahora lucía diferente y extraño, seguía siendo un poco parecido al que recordaba y eso le tranquilizaba.

— ¿Tomas alcohol? —. Pregunto, pues bueno, ya podían legalmente hacerlo.

— Está bien—. Respondió Jungkook sentándose frente al chico mientras una mujer se acercaba para tomarles el pedido.

— Un plato de fideos—. Pidió Jungkook, pues era lo que siempre ordenaba.

— ¿Pollo también? —. Pregunto la mujer, pues solía pedir aquello también y aunque Jungkook diría que no, Yugyeom decidió hablar antes.

— Por supuesto, pero ¿solo un tazón? Pensé que eras menos débil—.

— ¿Qué eras menos débil? —. Pregunto Jungkook no esperando aquel comentario.

— A mi dame dos—. Respondió Yugyeom ignorándolo.

— Entonces a mi tres—. Yugyeom sonrió con la carta en mano.

— Te propongo un trato, 5 tazones y si pierdes pagas la cuenta y si yo pierdo pago todo y te invito a un helado también—. Jungkook achico sus ojos, pero claro que no le molestaba, en realidad le agradaba tan simple gesto.

— Bien, entonces cinco tazones cada uno—.

Por supuesto que Yugyeom perdió y Jungkook se mofo de ello a pesar de que incluso casi se rinde y sus labio estaban completamente rojos e inflamados por el picante, y a Yugyeom no podía parecerle que lucía menos bello así, siendo alguien completamente no tan interesado en mantener una imagen dulce y pulcra que evidentemente no le gusta y es que si, él podía notar como sin siquiera oírlo de Jungkook de que todo lo que le pasaba ahora en esa vida le era molesto, no, el omega no parecía disfrutar de coser, tampoco de la ropa que traía encima y lo entendía un poco, así era Seul con sus omegas y era triste que incluso Jungkook se creyese uno sumiso y obediente, cuando no lo era.

Luego de lagunas horas ellos terminaron fuera de aquel restaurante ambos con un helado y realmente llenos de toda la comida ingerida, estaban hablando de cosas banales hasta que Yugyeom tuvo una idea al ver aquella sala de juegos.

— ¿Quieres jugar? —. Jungkook observo el lugar y le miro un poco confundido.

— Cierto, no eres de aquí—. Menciono al recordarlo. — Yo no puedo entrar ese lugar, no me dejarían jugar de todos modos—.

— Porque no, ¿lo prohíben? —.

— No, pero la mayoría de los juegos son en equipos y nadie se uniría a mí por ser omega, no es divertido, también suelen ser groseros con nosotros así que nunca vamos a esos tipos de lugares—.

— Pero jugarías conmigo ¿habría algún problema incluso así? —.

— No—. Realmente no lo había, había omegas que jugaban con sus hermanos, con familiares alfas, o cualquier persona que podría defenderles de malos comentarios.

— ¿Entonces quieres jugar un poco? —. Volvió a preguntar Yugyeom esta vez encontrando un rostro afirmativo e ilusionado con la idea, un rostro más fiel al recuerdo que él tenía de Jungkook.

...

Cuando el día laborar acabo, Jimin observo con intriga lo que estaba frente suyo, vamos, claro que esperaba algo bueno por parte de aquel hombre, pero ahora no sabía ni siquiera que debía de sentir y es que bueno, aquel pastel de fondant blanco ya no lo era más, Jimin esperaba alguna pintura conocida adaptada a su arte, pero no.

Lo bonito de tus ojos (Segunda temporada) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora