Capítulo 20

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Cuando las alarmas sonaron ante la fuga era demasiado tarde, la yerba que se negaron a erradicar había tomado fuerza y engendrado maleza que les consumiría poco a poco por creer en un bien que no existía.

Esa noche fue testigo de cómo el mal puede enfrascarse en un cuerpo y crecer tan rápido que hasta la misma Luna pierde el control de este.

...

Contar cuantos inviernos y primaveras habían pasado era realmente una tortura, su vida no parecía tener alegría o algún sentido desde ese día, Yoongi ni siquiera recordaba el clima que hizo en ese momento, porque para él hacia frío y lo estuvo haciendo desde ese instante en el que Jimin le fue arrebatado, ni siquiera los calurosos veranos parecieron esfumar ese sentimiento helado en su alma, claro, sólo había una cosa que hacía a Yoongi sentirse vivo, mas no cálido.

— Hyung, ya llego—. Informo Hoseok.

Yoongi había olvidado porque estaba ahí frente a la venta observando el jardín de aquella gran casa.

El alfa asintió para correr hacia la entrada en donde vio aquel auto con el escudo de aquella manada culpable de su desdicha, pero de este bajo la pequeña con el cabello negro lacio atado en una coleta con una cintilla roja y ella, era lo único que ataba a Yoongi a esa vida miserable.

— ¡Papá! —. Escucho el llamado de la niña que corrió para que pudiera tomar en brazos, esos días era los únicos en los que Yoongi parecía humano y encontrar algo de felicidad en su tormento, saber, si lo fingía o realmente se sentía alegre era complicado, como lo había sido su vida durante esos largos años.

— Feliz cumpleaños—. Saludo abrazando a la pequeña para entrar en la casa, en donde la familia estaba allí con un pastel y la casa completamente decorada para ella, por lo que la bajo para que fuese a saludarlos.

Yoongi observo con tristeza aquel número junto al feliz cumpleaños, su hija era aquel reloj que caminaba mostrándole que tan largo es el tiempo y tan difícil encontrar el olvido, porque su corazón seguía sintiéndose como la primera vez que vio a Jimin, su lobo seguía tan enfrascado a un sentimiento que se le fue arrebatado sin compasión alguna y su único consuelo era aquella pequeña, era la niña que sonreía dulcemente y era feliz, pero, a Yoongi aquello seguía pareciéndole tan poco y se odiaba por ello. Había comenzado a despreciarse al no poder conformarse con su pequeña, porque lo quería todo, porque deseaba el pasado con fuerzas, porque su único anhelo desde hacía ya cinco años era que la Luna sintiese piedad de él y le dejara en alguno de los caminos que le permitiese seguir con su vida plenamente.

Yoongi rogaba a los cielos el poder volver estar con Jimin o que la diosa eliminara toda cuota de amor y le dejara en el mismo puesto que el omega, que borrara cada recuerdo que tenían, que le hiciera desconocer su rostro y no recordar cuanto le quería, deseaba que al oír el nombre de Jimin su ser no se sintiera miserable y tuviese que sonreír, convenciéndose de que debía simplemente seguir porque este era feliz en una vida donde no había cupo para él... egoísta, ingenuo, e imbécil se llamó cientos de veces, en cada uno de los intenso en que suplico verle, en que rogo a Seul recapacitar y no darle un castigos que no merecían, pero la manada sorda nunca quiso oírle, nunca quiso darle más ayuda que terapia para que su lobo siguiera adelante... Ridículo, todo eso lucía de tal manera para Yoongi.

Pero, lo que nació para estar juntos en algún momento volverla unirse ¿No?

...

Yoongi trato de mostrarse feliz, había organizado aquella fiesta para su pequeña hija con mucha ilusión, por lo mismo mientras ella abría regalos y daba las gracias por cada uno de ellos, corrió a su padre.

Lo bonito de tus ojos (Segunda temporada) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora