Cap 48 Eso es simplemente estúpido

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Pv Emma

-Te das cuenta de que hay treinta y dos jodidos tramos de escaleras, ¿verdad?- la voz de Dylan resuena a través de la escalera vacía mientras se apoya en la pared, vestido con vaqueros y franela marca Henley, con una ceja perfecta, que jura que no se curva, cuando pregunta.

-Sí. Por eso estamos saliendo treinta minutos antes. Así que o bien empiezas a bajar, o sé un idiota y toma el ascensor. Pero si se queda atascado, no esperes que te salve. -empiezo a bajar la escalera sola

Antes de llegar al primer descanso, escucho su fuerte suspiro seguido de sus pesados pasos detrás de mí- Bien. Y cuando te rindas a mitad de camino, porque lo harás, no esperes que cargue tu trasero el resto del camino.

-Me llevarás, si te lo pido.

-No, mierda no lo haré.

Le echo un vistazo por encima de mi hombro, sorprendiéndome al ver que está solo dos pasos detrás de mí.

-Sí, lo harás.

-Emma...- su gruñido es una advertencia

Para probar mi punto, pretendo tropezar. Con reflejos relámpagos, me alcanza para estabilizarme.

-Cuidado, cariño.

¿Dónde está ese gruñido ahora?

Quiero sonreír, pero estoy demasiado ocupada derritiéndome por dentro. Justo como me he estado derritiendo durante los últimos dos días.

Desde la crisis del ascensor, Dylan ha sido demasiado cauteloso.

Tratándome como una gema preciosa. Siendo cariñoso conmigo.

Esperándome de manos y pies. No estoy segura si es porque lo asusté, o porque en verdad no me quiere ver nuevamente en ese estado.

Llegó a otra puerta y el gran cartel con la etiqueta 16 arriba me hizo gemir.

-Dylan... - gimoteo, jadeando y resoplando dramáticamente mientras apoyo mi espalda contra la puerta- Estoy cansada.

-Mierda, Emma.

-Llévame.

-Diablos, no. -se me acerca y me aparta de la puerta

-Vamos.- suplicó, siguiendo detrás de él- Considéralo tu ejercicio diario.

-Ya hice mi rutina matutina, Emma. Mientras te sentabas en el banco de pesas y me observabas.

Cierto. Me había dejado una nota junto a la alarma que sonó en mi oído a las malditas seis y treinta esta mañana, diciéndome que estaba en su gimnasio. Curioso, porque hasta ese momento, ni siquiera sabía que tenía un gimnasio, fui a buscarlo.

-Si hubiera sabido que íbamos a usar las escaleras, podría haber olvidado los diez kilómetros de trote matutino.

-¿De verdad creíste que volvería a esa trampa mortal?

Él ni siquiera parpadea- Sí.

-Bueno, eso es... Eso es simplemente estúpido.

-Insúltame si quieres, pero hazlo mientras caminas o de lo contrario vamos a llegar tarde.

-Ugh. Bien. Sigue así. Siendo un mal esposo.- me queje pero aún así sigues el caminó

A pesar de todo hay cosas que jamás cambiarán y eso me gusta.

Los declaro Odioso y Odiosa [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora