Cap 60 Sexo del bueno

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Pv Emma

¡Santo cielos!

Nunca había visto esta mirada primitiva en los ojos de este hombre. Parece como si estuviera a punto de desgarrarme. Despedazarme y volverme a juntar de nuevo.

La vista es tan erótica que apenas puedo respirar. La sensación de sus grandes manos callosas sobre la piel desnuda de mi culo me provoca un nuevo tipo de escalofrío en mi cuerpo. Mis pezones están duros; me duelen tanto que suplican que los toque. La humedad entre mis piernas es inconfundible. Me sorprendería si no tuviera ya una mancha húmeda en mis shorts.

La puerta de la habitación a la que me ha llevado se cerrar de golpe. El sonido causa una sacudida de deseo que atraviesa mi cuerpo. Luego se da la vuelta y antes de que me dé cuenta mi espalda se golpea contra la puerta y sus labios están sobre los míos. Son duros y agresivos y me encuentro luchando contra él por más.

Nunca he sido así con nadie. Nunca sentí esta necesidad; esta necesidad cruda y apasionada. Siento que no puedo acercarlo lo suficiente; que mi cuerpo no puede acercarlo lo suficiente. Todo dentro de mí le está gritando que me toque. Para tocarme y hacerme sentir cosas que ningún otro me ha hecho sentir.

Quiero gritar a todo pulmón que se siente tan bien y rogarle que nunca se detenga. El hormigueo en la parte baja de mi estómago se magnifica.

El beso se vuelve agresivo. Mis caderas se mecen involuntariamente, mi sexo duele en el vacío. Se siente tan bien.

Todo después de eso se vuelve borroso.

Nuestras manos y bocas son un enredo mientras nos destrozamos los cuerpos. Una ola de placer me arrastra, liberando mi cabeza de toda la oscuridad y llevándome a un lugar donde sólo existe este hombre.

Antes de que pueda abrir la boca para rogarle por más, nos ponemos en marcha de nuevo. Él barre mi cuerpo como si no pesara nada y me lleva al escritorio donde brilla una sola lámpara apagada. No puedo ver mucho más porque mi trasero está siendo plantado en el escritorio y los labios de este hombre están de nuevo en los míos. Él frota su dureza contra mi sexo causando que yo grite.

Siento que me voy a quemar. Mi sexo se aprieta tanto que me duele.

-Mierda, te sientes tan jodidamente bien.- me raspa la boca. Su aliento es una mezcla de menta y Red Bull

Con movimientos apurados y bruscos, me sube la camisa por encima de la cabeza y me deja con el sujetador de encaje que no deja nada a la imaginación.

Literalmente se pueden ver mis pezones a través de la fina tela y sé el momento

en que él se da cuenta. Sus ojos se funden y un gemido sale de su boca.

Vuelvo a poner los codos sobre la mesa, mi comportamiento es audaz y no se parece en nada a mí.

Sus ojos se estrechan, parece que le duele. Se arranca la camisa como el Increíble Hulk, lanzándola detrás de él de forma agresiva.

- Te necesito, -es todo lo que le puedo decir antes de que su boca se estrelle contra la mía

No estoy segura de cómo responder a continuación. Necesito que haga el siguiente movimiento. Le rogaría, pero estoy tan perdida en él que me ha dejado completamente sin palabras.

Le muerdo el labio, burlándome de él. Estoy disfrutando el hecho de que soy yo quien le saca esta reacción, que él está sintiendo todo lo que yo soy.

Mis manos se agarran a la parte de atrás de su cabeza, tirando de él para besarme de nuevo. Cuando se mueve de repente, me agarro de sus bíceps flexionados.

Los declaro Odioso y Odiosa [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora